El Ayuntamiento quiere obligar a indigentes a dormir bajo techo

El concejal Peio López de Munainbusca fórmulas para que pernoctenen albergues en las noches más frías

El Correo, M. JOSÉ CARRERO, 10-01-2009

«¿Qué pasa si un día se muere una persona de frío por dormir en la calle?» Ésta es la pregunta que se hace el concejal de Asuntos Sociales, Peio López de Munain, en numerosas ocasiones y, sobre todo, cuando el mercurio desciende a niveles realmente alarmantes, como anteanoche.

El edil socialista expresó ayer su preocupación por un grupo de indigentes que pernocta a la intemperie y que se niega en redondo a acudir a los albergues u otros centros de acogida. «Los educadores de calle nos dicen que son unas ocho personas, en su mayoría inmigrantes sin papeles, que rechazan de plano acudir a un centro». López de Munain señaló que «no quieren saber nada de ayudas institucionales» porque, al encontrarse en situación ilegal, temen que acudir a un albergue les suponga ser fichados y, a continuación, expulsados.

Esta situación trae de cabeza a López de Munain. «Le estoy dando vueltas. Tenemos que conseguir alguna manera de sacarlos de la calle, de obligarles a dormir bajo techo. Necesitamos encontrar una fórmula para que sea así», comentó. El concejal del PSE ha trasladado su preocupación a los técnicos del Departamento de Asuntos Sociales, para tratar de encontrar alguna solución.

«El Ayuntamiento necesita herramientas para poder obligarles a protegerse del frío. No quiero ni pensar en que ocurra una desgracia y que todas las miradas se vuelvan, en ese momento, hacia nosotros», recalcó López de Munain. El concejal apuntó la posibilidad de que la Policía Municipal contacte con instancias judiciales, para ver si es posible conseguir órdenes de los juzgados para sacar a estas personas de la calle en las noches más duras del invierno.

«Nada que hacer»

El fiscal – jefe de Vitoria, Josu Izaguirre, considera que la iniciativa municipal está llamada al fracaso. A preguntas de EL CORREO, Izaguirre manifestó de forma tajante que «no hay nada que hacer». Añadió que ninguna administración pública puede obligar a «una persona mayor de edad y capacitada a ir a dormir a un albergue contra su voluntad. Si no quiere, no se puede hacer nada».

En esta misma línea, apuntó de que en el hipotético caso de que ocurriera una desgracia, «nadie sería el culpable».

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