En la calle por llegar tarde a casa

Dos hermanos de 7 y 13 años de Eibar acuden a la Policía tras castigarles sus padres

El Correo, R. Z., 09-01-2009

Dos hermanos de Eibar, de 7 y 13 años, acabaron en la comisaría en la noche del pasado sábado. Acudieron a pedir ayuda porque sus padres les habían dejado en la calle como castigo porque la hija mayor había llegado tarde a casa y el más pequeño le ayudó a entrar en la vivienda, en contra de las órdenes de sus progenitores. El castigo y la reacción sorprendente de los niños de solicitar ayudar a la Guardia urbana ha impulsado a los responsables de los servicios sociales del municipio guipuzcoano a indagar la situación familiar de los hermanos, y ha encendido el debate sobre la conveniencia de usar medidas disciplinarias drásticas.

La chispa que desató la discusión familiar fue algo tan habitual como un retraso en la hora de vuelta a casa de una adolescente. La mayor de los hermanos, una chica de 13 años, había salido esa tarde con sus amigos y no llegó a la hora fijada por los padres – pasaban de las diez de la noche – . La pareja decidió no abrirle la puerta. El pequeño de 7 años se solidarizó con el mal trago que estaba pasando su hermana mayor y le abrió la puerta para que entrara en casa.

Según el relato de la Policía Municipal, esta rebelión de los hijos causó el enfado de la madre, que los sacó de casa y cerró la puerta. La Policía cree que los padres, a modo de castigo, «pensaban dejarles un rato fuera». La escena habría quedado en un disgusto navideño, pero los chavales decidieron irse a la comisaría de la Policía Municipal y convirtieron la pelea doméstica en un asunto de mayor rango.

Los agentes de guardia de la Policía Municipal de Eibar se quedaron helados cuando cerca de las diez y media de la noche llegaron los dos niños. «Nuestros padres nos han echado de casa», declararon ante los atónitos policías.

Investigación

Los agentes conminaron a los hermanos a que les acompañaran al domicilio familiar. Una vez en la vivienda, hablaron con los padres y se informaron de las circunstancias en las que se había producido la ‘expulsión’. Los menores se quedaron en el hogar familiar.

Los responsables municipales, aunque quitaron importancia al incidente, han abierto una investigación. Les resulta una decisión sorprendente que los menores optaran por pedir ayuda a la Policía. Benjamín Atutxa, concejal de Servicios Sociales de Eibar, detalló que su departamento está «analizando» el caso y tiene previsto realizar un informe «por si pudiera haber algo más que una simple rabieta». «Es una reacción extraña en los padres y también en los menores, por lo que nos vamos a reunir con ellos y aclarar qué pasó, si hay antecedentes y si estos niños tienen algún problema en la escuela», añadió.

El edil de Servicios Sociales insistió en que «no hay justificación alguna para dejar a dos niños en la calle»; pero matizó que «las normas que imponen los padres tienen diferente aplicación según las culturas», en referencia a la procedencia inmigrante de la familia. Atutxa quiso restar importancia a la actitud de los progenitores para lo que aportó otro dato: mientras los dos niños estaban en la calle su padre ya había salido a buscarles al comprobar que no estaban en la puerta de casa.

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