Negros y charnegos

Hernán Migoya explora en 'Olimpita'los conflictos de la inmigración en Cataluña

El Correo, BORJA CRESPO, 09-01-2009

Olimpita trabaja como pescadera en el barrio barcelonés de Gràcia. Como su marido, Carmelo, es hija de inmigrantes andaluces, que llegaron a Cataluña en los años 60. Olimpita es la protagonista del último álbum de cómic guionizado por Hernán Migoya (Ponferrada, 1971), que escandalizó al personal con el libro ‘Todas putas’. Aquí quita hierro al asunto hablando de la violencia de género y de la inmigración, aprovechando el talento gráfico de Joan Marín (Valencia, 1975).

Con el éxito inesperado de ‘Persépolis’, Norma Editorial inició una colección, Nómadas, cuyo objetivo es dar cabida a trabajos con un enfoque social. «Se dieron cuenta de que no había ningún autor nacional moviéndose por estos terrenos y decidieron producir una obra directamente», cuenta el dibujante. Contactaron con Migoya, que desarrolló la idea a partir de una propuesta del editor Oscar Valiente.

‘Olimpita’ toca dos temas sociales en el candelero. Propone una reflexión sobre la convivencia de los ciudadanos de origen catalán con los hijos de la antigua inmigración, que, a su vez, se juntan actualmente con los nuevos grupos de origen latino y africano. «Me interesaba arrojar una visión realista, alejada del sensacionalismo de los medios sobre temas como la inmigración y el maltrato», señala Migoya. «Existe un tipo de maltrato cotidiano del que casi nunca se habla: no es el del psicópata que persigue a su ex para matarla por revancha, sino la del día a día, la del hombre que golpea a su mujer de forma regular, hasta el punto de que ella lo acepta como un lastre tolerable de su vida en pareja. El machismo es un tema muy complejo y arraigado en la sociedad española».

Desarraigo

«El tema de la inmigración lo vivo muy de cerca», continúa el escritor y guionista. «Mis padres fueron emigrantes, se conocieron en Buenos Aires, y siguieron siendo emigrantes en Barcelona. Ahora mi pareja es latina. Ello me ha situado en la coyuntura excepcional de sentirme siempre desarraigado con mi entorno». Olimpita es hija de inmigrantes andaluces, con su propia cultura contrapuesta a la catalana, pero no puede evitar mirar con ojos de nativa arraigada a los nuevos inmigrantes. Migoya plasmó con sus ideas un guión gráfico, un ‘storyboard’, que se fue modificando a medida que Joan Marín lo iba dibujando. «Me paseé por el barrio de Gràcia y tomé muchas fotos que me sirvieron de documentación», añade el dibujante. «Utilicé papel mate y lo entinté con unos pinceles recargables japoneses llamados Pentel, que permiten un flexibilidad del trazo increíble. Los grises los metí con una tableta gráfica en el ordenador».

Migoya reconoce que le han influido autores literarios con los que comulga en su representación de la realidad, por ejemplo Milan Kundera, «que jamás trabaja sobre clichés humanos». «He intentado preocuparme muchísimo por representar la manera de hablar de cada personaje según su origen y dialecto, y depurar los diálogos todo lo posible. En ese aspecto, me he empapado de Ignacio Aldecoa, mi escritor español favorito con mucha diferencia». ¿Qué tipo de lector disfrutará este álbum? «Cualquiera. Prima el realismo, con lo cual no solamente se ofrecen momentos amargos. También hay humor, ternura, soledad, amor… Hemos aprovechado todas las posibilidades del cómic como medio para profundizar más en los personajes y en la narración».

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