Interior traslada a cinco 'mossos' por hostigar a un inmigrante

El País, JESÚS GARCÍA, 09-01-2009

Cinco agentes de los Mossos d’Esquadra han sido apartados de la comisaría de Ciutat Vella a raíz del caso Yayá, el joven senegalés al que otros dos policías robaron, supuestamente, 150 euros. Aquel presunto abuso salió a la luz y sus autores, Albert M. y Rubén S., están a punto de sentarse en el banquillo de los acusados. Como represalia por provocar la caída en desgracia de los dos agentes, cinco de sus compañeros se dedicaron a hacerle la vida imposible a Yayá, al que hostigaron por las calles del Raval.

Ante el presunto acoso policial, que el propio Yayá narra en primera persona, se trasladó a los cinco mossos a otro servicio, lejos de Ciutat Vella, aseguraron fuentes policiales. Interior evitó otras medidas de mayor envergadura – por ejemplo, la suspensión cautelar de empleo y sueldo – porque Yayá no colaboró entonces y la investigación de Asuntos Internos no pudo ir más lejos. Un portavoz oficial de los Mossos d’Esquadra, sin embargo, indica que el traslado obedece sólo a la “reubicación” de decenas de agentes motivada por el fin del despliegue de la policía autonómica.

La versión que ofrecen fuentes del entorno de los agentes apartados de Ciutat Vella es radicalmente distinta. En su opinión, los policías han sido “castigados” por la Dirección General de Policía. La razón de la supuesta represalia es que, en sede judicial, declararon a favor de los dos mossos, y desmontaron así la investigación realizada por Asuntos Internos. Esas fuentes destacan que los cinco agentes no eran amigos de Albert y Rubén, y que ni siquiera trabajaban en la misma unidad, por lo que la hipótesis del acoso a Yayá carece de sentido.

Los hechos ocurrieron la noche del 31 de mayo de 2008. Según las pesquisas de Asuntos Internos, Albert y Rubén detuvieron ilegalmente a Yayá, le robaron 150 euros y falsificaron un atestado para imputarle un delito de tráfico de drogas que no había cometido. La titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Barcelona ha asumido ese relato de los hechos y, en un reciente auto, acusa a los dos mossos. Éstos, por su parte, defienden su inocencia.

En una estación de metro de la línea 3, Yayá Diop decide contar también cómo vivió la historia. Asegura que varios mossos le persiguieron, le amenazaron y le retuvieron de forma irregular durante todo el verano, tras el escándalo de los 150 euros destapado, precisamente, por Asuntos Internos. “La primera vez, vinieron cuatro de paisano y me dijeron que me iban a joder la vida. Llamé a los de Asuntos Internos, que me habían dado su teléfono, y se fueron”, dice. En otro de los encuentros, cuenta Yayá, los policías lo colocaron contra la pared y lo llevaron “camuflado” a comisaría.

Fuentes policiales sostienen que esas actuaciones fueron irregulares, de ahí la decisión de apartarles de Ciutat Vella. El entorno de los policías afectados, sin embargo, niega esas acusaciones y recuerda que el joven acumula antecedentes policiales por trapichear con drogas en el Raval.

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