OPUS MEI

'Catalanets' de inmigración

El Periodico, JOSEP Pernau, 08-01-2009

Estaba anunciado que algún día los pr¡meros recién nacidos en Catalunya serían todos hijos de la inmigración. Ha sido en el 2009, con tres hembras y un varón, que se llamarán Laia, Haian, Angely y Adam. La naturaleza es sabia y ha hecho un reparto muy ajustado a los porcentajes que marca la realidad: la mayoría para América latina y el islam más próximo, el que dicen que siempre irá a la greña con sus vecinos del norte, pero que unos y otros están condenados a entenderse. Laia, la paraguaya, ha llegado al mundo con el valor añadido de un nombre que en Catalunya es ideal catalanista y fet diferencial, lo que indica que hay padres que quieren que sus hijos se sientan catalanets integrados desde antes de nacer.
Vemos ahora cómo ha cambiado la política de natalidad que impulsó Jordi Pujol, que empezó con el objetivo de los tres vástagos y que su misma militancia le redujo a la parelleta; que tuvo una compensación en los Martínez y las fecundas sagas de todos los acabados en zeta, y que sucumbió tanto por el incumplimiento de la cuota de procreación que les había impuesto el líder como por la llegada de las familias numerosas del islam y de la alta capacidad para reproducirse de los hispanos del altiplano y las selvas que Colón descubrió por casualidad… Y hacia España encaminaron sus pasos las familias en las que no había nada caliente que poner en el plato… Con Pujol se extinguió la política de la natalidad como servicio a la patria. Quizá las tensiones en el tripartito, con Maragall y Montilla al frente, privaron al macho y a la hembra de la serenidad suficiente para afrontar un tema tan delicado como el de engendrar un hijo. Se apagó el ardor de la pareja y menos mal que la inmigración suplió con creces la función reproductora de los naturales del país.

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