Hechizo multicolor

Barcelona se entrega a una masiva cabalgata de Reyes Magos marcada por su diversidad cultural

La Vanguardia, , 06-01-2009

LUIS BENVENUTY – Barcelona
Los contenedores de basura de toda Catalunya están hoy atestados de los restos de los vistosos cartones, plásticos y papeles de colores descuajaringados por dedos nerviosos que hasta esta misma mañana envolvían la segunda residencia de Mickey Mouse, el pelucón de Hannah Montana y un video juego que enseña cómo frenar una invasión alienígena con un machete de montaña y un palillo de dientes. Pero estas fiestas aún no han terminado. Algarabías y castañuelas. Hoy no comienza la cuesta de enero y el 2009 no será ni el año de la crisis ni el de la recesión. Los niños tienen para este mundo otros planes en su mente y su corazón. Escribieron otras peticiones en sus misivas a Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente.

Ayer por la tarde, poco después de las cinco, Melchor – quien curiosamente guarda un inmenso parecido con el teniente de alcalde barcelonés Ramón García Bragado-,Gaspar y Baltasar desembarcaron en el Moll de la Fusta a fin de hacer realidad los deseos y las ilusiones de los centenares de miles de críos de entre uno y noventa y nueve años de edad que desde hace semanas les esperaban por toda la ciudad.

Allí, frente al mar, el alcalde Jordi Hereu entregó a Sus Majestades la llave de la ciudad que abre todas las viviendas y los condujo a la renovada cabalgata, que comenzaría dos horas después, en varios coches de los años veinte descapotables y la mar de lujosos. En todo caso, los vehículos tuvieron algunos problemas para arrancar. “Si quería impresionaros tendría que haberles regalado tres T-10”, apuntó agudo y entre dientes un padre de familia. “¿Qué?”, le preguntó su hijo ataviado con una dorada corona de cartón. “Nada, nada”.

Minutos antes una veintena de autocares acercaron al lugar a docenas de pajes, ayudantes y otros subalternos de Sus Majestades encargados de animar el jolgorio de una marcha de más de cinco kilómetros, repartir más de quince mil kilos de caramelos y atender los encargos más urgentes y algún olvido entre máscaras y timbales africanos y contoneos y sonrisas propios de Bollywood.

“Muy bonito, todo es muy bonito – dijo Albert García en una Via Laietana a cinco grados centígrados mientras su hijo Roger contemplaba con los ojos como platos la luminosa y brillante carroza de la paje Estel-.Pero es tan espectacular que queda lejana.

Soy de pueblo y recuerdo cómo en mis cabalgatas estábamos cara a cara con los Reyes, negociando que nos tiraran más caramelos". El frío no intimidó a los barceloneses, y la asistencia fue más multitudinaria incluso que el año pasado. Unas 450.000 personas – 25.000 más que en el 2008-salieron a las calles para dar la bienvenida a Sus Majestades.

Los bebés en sus carritos se inclinan ansiosamente hacia adelante. Un alumno de P4 rompe a llorar incapaz de asimilar tanta emoción. Otro da saltos y gira sobre sí mismo. Un chaval en silla de ruedas con una encefalopatía se desgañita de alegría. Adolescentes con pantalones caídos se olvidan de sus sonrisas descreidas. Parejas de veinteañeros (sin hijos) se cogen de la mano y se sonríen mansamente.

“Uno puede pedir que sea Papa Noel quien le traiga los juguetes – teoriza un abuelo llamado Pep Serrano-,así se puede disfrutar de los regalos durante todas las vacaciones. Pero yo creo que es mucho más divertido esperar a la noche de Reyes, y pasarse todas las vacaciones con los nervios y la ilusión, esperando la noche del día cinco…”

Algunas familias trajeron escaleras plegables para no perder detalle de un espectáculo de corte multicultural, coreografías árabes y zancudos de cerca de tres metros de altura que quisieron así hacer eco de los lejanos orígenes de Melchor, Gaspar y Baltasar. Las estaciones del Bicing también hicieron las veces de tribuna privilegiada. Y ya fuera por miedo a ser tachados de egoistas en el último y trascendental momento (y que la carroza del carbón y su espectáculo de humo y fuego hiciera parada en casa) o porque los informativos televisados estas Navidades estuvieron tocando la fibra sensible de más de un corazón, la inmensa mayoría de los más pequeños consultados por La Vanguardia aseguraron que, además del castillo de la Barbie, el aeropuerto de los clicks de Playmobil y una consola portátil, añadieron en su lista de deseos regalos para los niños más desfavorecidos del planeta.

Fue el caso del pequeño Pedro, quien en el último momento pidió a sus padres que redactaran un anexo a su lista para que Sus Majestades no se olvidaran de los niños de Gaza. Pedro dijo que había visto a uno llorando en un hospital, que quería decírselo a uno de los ayudantes de los Reyes Magos antes de que fuera demasiado tarde. "Hace cosa de treinta años – explicó su padre Gabriel Fernández-,recuerdo que una noche de Reyes mis padres me enseñaron un reportaje de Informe Semanal sobre los niños que se morían de hambre de Etiopía… así yo me sentía culpable y el pedía a los Reyes Magos que también le llevaran regalos a los niños que se morían de hambre…. “Yo también pido regalos para los niños pobres”, terció el hermano pequeño de Pedro, quien también quiere contribuir a un mundo mejor. Son los planes de los niños para este año.

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