El Gobierno italiano pidió ayer a las autoridades libias que «intensifiquen las operaciones de control y disuasión» sobre los inmigrantes que parten de sus costas con destino a Italia, adonde han llegado varias barcazas con más de mil personas en las últimas horas.

Lampedusa, la isla de Italia más meridional y próxima a África, vive desde las primeras horas del pasado día de Navidad un auténtico asedio de barcos cargados con inmigrantes indocumentados, que en las últimas horas han superado la cifra de los 1.500. Ayer, dos barcazas con 247 y 65 inmigrantes indocumentados, arribaron a las costas de la isla, mientras que otra embarcación con una decena de personas fue interceptada a pocas millas de la localidad de Trápani, en el occidente de Sicilia.

El centro de primera acogida de Lampedusa se encuentra desbordado por las más de 1.500 personas a las que tiene que dar cobijo. Tiene capacidad para solo 800, por lo que las autoridades ya han dispuesto dos aviones para llevar a parte de ellos a Sicilia y al sur de la península itálica.

Según una nota del Gobierno, ya se han producido algunos contactos en Roma entre las autoridades italianas y la diplomacia de Libia en los que los representantes de este país han mostrado su disposición a patrullar conjuntamente a partir de enero las costas libias.

«La verdad es que también nosotros llegamos tarde», afirmó ayer el ministro Frattini a la Rai en referencia a la tramitación del acuerdo bilateral con Libia por parte de las autoridades italianas.