Obituario / SAMUEL P. HUNTINGTON

Auguró el choque de las civilizaciones

El Mundo, LOURDES MARTIN SALGADO, 28-12-2008

Son muy pocos los profesores de Ciencia Política que han sido capaces de convertir sus tesis eruditas en best – sellers y en objeto de discusión para un amplio público. Samuel P. Huntington lo consiguió al menos dos veces en su larga y prolífica vida académica.


Tras conseguir sendos títulos por las universidades de Yale y Chicago, Huntington vinculó su extensa trayectoria académica a Harvard, donde terminó su doctorado y dio clase durante 58 años hasta que en 2007 el deterioro de su salud le obligó a abandonar la docencia.


La fama mundial le llegó cuando ya gozaba de amplio reconocimiento en el ambiente académico, especialmente por sus análisis de la política norteamericana, la política militar y las transiciones a la democracia. Su libro The Third Wave. Democratization in the Late Twentieth Century (1991), un análisis del proceso de transición en 35 países entre los que se incluye España, es aún considerado un manual básico para los estudiantes de Ciencia Política. Otras obras decisivas serían El soldado y el estado (1957), sobre la relación entre los poderes civil y militar, y American Politics: The Promise of Disharmony (1981), sobre la distancia que hay entre los ideales y la práctica de la política estadounidense.


El salto definitivo al prestigio global llega sin embargo en el verano de 1993, cuando Huntington revela su teoría del choque de civilizaciones en un artículo de la revista especializada Foreign Affairs. En éste, el profesor de Harvard venía a rebatir la reciente tesis del fin de la Historia de Francis Fukuyama y señalaba que finalizada la Guerra Fría la fuente de los grandes conflictos no sería ya la ideología ni la riqueza económica, pero sí la cultura y la religión y, en consecuencia, los protagonistas de las guerras no serían ya las naciones estado sino las civilizaciones. A menudo, quienes no han leído el libro han sido llevados a confusión por su título y consideran que Huntington abogaba por el choque como algo inevitable y lo rebatían con fórmulas como el diálogo o la alianza de civilizaciones. Sin embargo, tal punto de partida es erróneo. Porque Huntington recomendaba que los EEUU debían forjar alianzas con aquellos países que tuvieran una cultura similar a la suya y extender sus valores sin evitar la confrontación cuando fuera necesario, pero también afirmaba, llevado por su reconocido pragmatismo, que en último término el universalismo democratizador era una empresa imposible y que todas las civilizaciones tendrían que aprender a tolerarse mutuamente.


La hipótesis del choque, que sería expandida y tres años más tarde vería la luz en forma de libro (The Clash of Civilizations and the Remaking of the World Order), identificaba ocho civilizaciones – occidental, latinoamericana, islámica, china, hindú, ortodoxa (en torno a Rusia), japonesa y africana – fronteras invisibles de los futuros conflictos. Ahora bien, su insistencia de que el choque entre las civilizaciones occidental e islámica era, entre todos, el que acarrearía más sangre en el siglo XXI fue la que, tras el 11 – S, llevó a muchos a considerar a Huntington como un auténtico visionario.


Más recientemente, en 2004, las tesis de este profesor volvieron a ser objeto de polémica y vivo debate a raíz de ¿Quiénes somos? Los desafíos a la identidad nacional americana. En este libro, Huntington exponía cómo la creciente inmigración procedente de Latinoamérica, y muy en particular la de México, estaba cambiando la identidad de Estados Unidos hasta el punto de ponerla en riesgo. Tras un detallado análisis de lo que, en su opinión, distingue a la actual oleada de inmigrantes del país vecino de las anteriores corrientes que dieron lugar al melting pot norteamericano, Huntington concluye que la escasa voluntad de integración de los mexicanos y su falta de pasión por los valores, lengua y cultura norteamericanos terminará por diluir esa identidad anglo – protestante en la que radica la fortaleza de los EEUU.


Si hasta la publicación de este libro Huntigton se distinguía por el realismo de sus análisis, aquí el propio profesor reconocía ante sus lectores que estaba escribiendo como un «patriota preocupado». No es de extrañar por eso que la recepción de Quiénes somos se moviese entre la crítica tibia y las acusaciones abiertas de xenofobia. El propio Fukuyama, en una venganza cocinada a fuego lento desde 1993, publicó una reseña en la revista Slate titulada Por qué no deberíamos preocuparnos de la inmigración mexicana, donde afirmaba que si se querían ver problemas reales de asimilación cultural habría que fijarse en los musulmanes de Francia y España y no en los hispanos de Estados Unidos. Quiénes somos fue en todo caso un pobre epílogo para quien ha sido, sin lugar a dudas, uno de los gigantes de la ciencia política de nuestro tiempo.


Samuel P. Huntington nació el 18 de abril de 1927 en la ciudad de Nueva York (EEUU) y murió el 24 de diciembre de 2008 en Martha’s Vineyard (Massachusetts).

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