El año 2001 fue el punto de inflexión en cuestiones demográficas en el País Vasco. Ese año venía precedido de un lenta disminución del número de habitantes y, como causa de ella, de la reiteración de un saldo migratorio negativo para la comunidad. Es decir, se iban más personas de las que venían. En 2001 se invirtió la tendencia y, desde entonces, la CAV recibe más ciudadanos de los que se van. La clave es la inmigración extranjera, como ha vuelto a poner de manifiesto el último informe del INstituto Vasco de Estadística, Eustat, hecho público ayer.
La comunidad autónoma recibió en 2007 a 29.928 personas nacidas en países extranjeros. Muchos vinieron directamente de esos estados. Otros, exactamente 7.113, de otras comunidades españolas. La llegada de todos ellos permitió que, por octavo año consecutivo, Euskadi pueda registrar un saldo migratorio de signo positivo. Los datos globales son los siguientes: la CAV fue destino para 41.361 personas. De ella salieron, sin embargo, 23.669. El saldo fue positivo en 2007, por tanto, en 17.692 individuos. Esta cifra fue un 22% más elevada que la registrada el año precedente.
Este resultado señalado por el Eustat explica en parte que Euskadi batiera en 2007 el record de población de toda su historia. El INE, el Instutito Nacional de Estadística, situó a la comunidad con un total de 2.141.860 habitantes. Nunca antes habían coincidido tantas personas en el territorio vasco. La otra razón del incremento tiene que ver con el repunte, tenue, de la natalidad.
A provincias limítrofes
Pero este apartado no forma parte del estudio elaborado por el Eustat y que dio a conocer ayer. En los datos suministrados, sin embargo, sí se apuntan varias cifras que permiten imaginarse la alta movilidad características del ritmo de vida actual. En total, dicen los sociólogos, se contabilizaron casi 200.000 cambios de residencia en Euskadi. De ellos, 89.600 correspondieron a personas que se mudaron a otro domicilio dentro de su propio municipio. También se registraron 44.978 migraciones dentro de la propia comunidad, de personas que fueron de un municipio vasco a otro.
El extranjero fue, como se puede suponer, el principal punto emisor de ciudadanos que acabaron recalando en Euskadi en 2007. Dentro de España, la CAV recibió a numerosas personas procedentes de Castilla y León (2.831, exactamente); de Madrid (2.419) y de Cantabria (2.034). En sentido inverso, los vascos que abandonaron la CAV se fueron, principalmente, hacia esas mismas comunidades: 3.374 a Castilla y León, 3.024 a Cantabria y 2.568 a Madrid. En cada uno de los tres territorios vascos, la preferencia es diferente. Los establecidos en Álava se van en mayor número hacia Castilla. Los residentes en Vizcaya, hacia Cantabria y los guipuzcoanos, hacia Navarra. Es decir, la mayoría opta por territorios limítrofes.