«Quiero que se sepa que vengo a hacer música por placer, no por negocio»

Cercano y lleno de energía. Ésta podría ser la definición del nuevo titular de la OSE. El joven maestro colombiano sueña con llevarla a un nivel «excelente»

Diario Vasco, MARÍA JOSÉ CANO, 18-12-2008

Desborda entusiasmo e ilusión ante el nuevo reto que ha aceptado. Con sólo 31 años y una larga experiencia como director de agrupaciones austríacas y alemanas, a Andrés Orozco – Estrada le falta tiempo para explicar todos los proyectos que sueña en hacer con la Sinfónica de Euskadi. Tras dos trabajos con la orquesta como maestro invitado, habla de «enamoramiento» y se plantea su futuro con muchas nuevas ideas.

- Usted será desde la próxima temporada el director titular de la Orquesta Sinfónica de Euskadi. ¿Cómo asume este nombramiento?

- Me hace una ilusión enorme. Yo soy colombiano, nací en Medellín y he encontrado una relación muy interesante entre el País Vasco y el Departamento del que provengo. A ambos nos han caracterizado siempre las ganas de trabajar y la necesidad de no parar, de ir hacia adelante. Esto resume lo que quiero conseguir con esta orquesta: continuar con su proceso y hacer no sólo que tenga un sonido excelente, sino que se mantenga ahí, que es aún más difícil. Creo que vamos a conseguir la excelencia y que cada vez que la OSE salga al escenario, sea para una grabación, un concierto de Navidad o una gira, todos vean lo importante que es estar ahí haciendo música.

- Habla con una pasión contagiosa.

- Por supuesto. La música es un privilegio de la vida. Además, como músicos que somos, tenemos que llegar a la sociedad y compartir la música con la gente. Me parece muy interesante acercarme a las personas. Todo es un reto y ya veremos qué logramos. Todo se irá viendo según vaya conociendo mejor a la orquesta.

- Usted la ha dirigido en dos programas. ¿Qué impresión le causó la primera vez que trabajó con ella?

- La primera vez que la dirigí, la OSE estaba cerrando el proceso de negociaciones para conseguir un nuevo director titular y esa necesidad de cambiar me pareció muy positiva. Me pareció una orquesta que tenía ganas de que pasara algo. Luego, tras el concierto de música alemana que dirigí junto con el Orfeón, empezamos a hablar de la posibilidad de ser titular y mi sueño se ha cumplido. Estar aquí me llena el alma de ganas de trabajar y de hacer las cosas bien. Mi objetivo es que la OSE brille y tengo verdaderos deseos de ponerme a ello.

- Hasta el momento, ¿qué es lo que más le ha gustado de la OSE y lo que desearía cambiar?

- La orquesta tiene una cuerda muy sólida, formada por músicos de diferentes procedencias. Podemos trabajar para que se consiga aún más esa unidad y un sonido parejo y expresivo. La línea de vientos es muy competente, de muchísimo nivel. Hay una combinación interesante de intérpretes franceses de magnífica escuela con músicos españoles impecables. Tenemos una materia prima enorme con la que seguiremos trabajando. En cuanto a la percusión y los metales, funcionan de maravilla. Pero yo destacaría que creo que los músicos buscan y necesitan un director que les deje tocar un poco más, al mismo tiempo que saca de ellos lo mejor. Quieren a alguien que les motive y les induzca a evolucionar. Es indispensable que haya un equilibrio entre la disciplina o el rigor y el entendimiento de saber cuándo hay que dejar que cada uno de los maestros de la orquesta se exprese libremente.

- Usted ha dirigido muchas orquestas europeas. ¿Destacaría alguna peculiaridad de la OSE respecto a otras agrupaciones?

- Tiene un perfil de trabajo muy exigente. Ofrece muchos más conciertos de lo normal. Los programas se tocan en cinco conciertos y eso da la posibilidad a los intérpretes y al público de madurar muchísimo las obras. Ya lo noté en los programas que dirigí. La orquesta iba mejorando concierto a concierto y cada vez teníamos más empatía. Además, es una agrupación nada pasiva, quiere que las cosas funcionen. Esto no ocurre en otras, que se caracterizan por tener mucha más rutina.

- Hasta ahora usted la ha dirigido como invitado, pero ahora lo hará como titular. ¿Va a variar su planteamiento de trabajo?

- La función del director invitado y la del titular es distinta. En el primer caso, es como cuando sales de marcha con tus amigos, conoces a una mujer interesante y empiezas a hablar con ella. Todo es precioso y te empiezas a enamorar. Algo así me ocurrió con la OSE, fue como un enamoramiento musical. Ahora hemos decidido comenzar una relación y vamos a ser novios, por lo que la cosa va a ser diferente. Cuando uno empieza una relación estable se pierde ese encantamiento, pero a mí me gustaría que continuara. Deseo que la orquesta y yo seamos una sola cosa, pero cada uno con su espacio, dejando que el momento nos inspire y que cada concierto sea como esa primera cita. Obviamente habrá conflictos y enfrentamientos, pero el temperamento de aquí es de hablar, sin ningún tipo de anestesia, y así las cosas se solucionan.

- De usted se destacan grandes virtudes: que es un hombre de gran talento, con una enorme capacidad de trabajo. ¿Cómo se ve usted?

- Yo no soy el más adecuado para hablar de mí. Yo destacaría que me interesan los músicos y las personas. Hay que tener cuidado en no involucrarse demasiado, pero me interesa que la gente sepa que no vengo a hacer música por negocio, sino por placer, porque es mi vida y porque no hay otra cosa que me haga más feliz. Estoy acostumbrado a trabajar muchísimo. Nací en un país con condiciones poco favorables, no tengo un apellido famoso, ni a nadie detrás que me haya dado el espaldarazo. Por eso, entiendo mi quehacer como un compromiso conmigo, con los músicos y con el público. La parte técnica es muy importante, pero me encantaría regalar al público una música más humana.

- Hasta ahora la OSE ha tenido una titularidad compartida. ¿Cree que es mejor la fórmula que tendrá ahora?

- Yo no voy a entrar a juzgar el trabajo anterior porque recojo una orquesta en muy buen estado. Creo que en este momento la OSE necesita y quiere identificarse con una sola persona y contar con Andrey Boreyko como invitado es maravilloso. Estoy seguro de que tanto con él como con los otros directores invitados formaremos un todo pensando en lo que la orquesta quiere y necesita.

- Según creo, una de sus funciones será diseñar la programación. ¿Quiere aportar alguna novedad?

- La OSE es una orquesta romántica con plantilla completa, por lo que nuestro repertorio básico va a ser el gran repertorio sinfónico, que se ha hecho siempre, pero tenemos que cuidar el más clásico con obras de Haydn, Mozart y Beethoven, sobre todo en estos dos primeros años. Este repertorio es muy importante para la salud musical y mental de una orquesta y lo conozco muy bien. También intentaré hacer, sin forzar, música latinoamericana porque es parte de lo que soy, y, por supuesto, repertorio vasco, que es en el que quiero poner especial esmero. Ojalá en unos años existan más obras de repertorio vasco dentro del repertorio universal.

- ¿Tiene prevista alguna otra novedad?

- Me gustaría crear un laboratorio donde nos juntemos con los compositores jóvenes para que tengan la posibilidad de escuchar sus obras con una orquesta real y hacer una grabación. Sería un trabajo interno que haríamos una vez al semestre con unas cinco obras de formato sinfónico pero de breve duración. Deseo que un día podamos hacerlo también con jóvenes solistas en matinées o en conciertos con orquesta. Asimismo, invitaría al público a sentarse dentro de la orquesta en los ensayos generales para que sienta lo que es fomar parte de ella. Pueden descubrir un mundo que ni se imaginan. Lo difícil va a ser encontrar tiempo y espacios para todo esto, porque la OSE tiene mucho trabajo.

- ¿Dentro de sus planes figura captar al público joven, que es la gran asignatura pendiente?

- La orquesta tiene 7.000 abonados, lo que es un hecho envidiable para cualquier orquesta del mundo, así como el 90% de ocupación, algo que no tiene ni la Filarmónica de Berlín. Creo que hay que hacer conciertos de formato diferente: jazz – sinfónicos, tangos… Tenemos que aprovechar que soy joven para acercarme a ellos y decirles que esto no es aburrido. Yo no soy Juanes ni Shakira, pero espero tener un espacio para poder compartir con ellos mi pasión por la música.

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