SUPERCONFIDENCIAL ANDRÉS CHAVES

Moros y cristianos

El Día, , 17-12-2008

1.- Desde que a Isaac Valencia se le ocurrió levantar los higadillos a los que ven racismo y xenofobia hasta en la ñoña, llamando moros a los moros, los sociatas más ortodoxos han puesto el grito en el cielo. Los sociatas han de ir por ahí suprimiendo, pues, las fiestas de moros y cristianos, o quizá será menester dejar ganar a los moros un año o dos, porque siempre son los creyentes quienes les dan la paliza. Franco nos prometió a los canarios el oro y el moro, pero al final nos mandó al moro como capitán general, el general Mohamed Ben Mizziam ; el oro no sabemos dónde lo puso. Aunque cuenta la leyenda que el oro de los patriotas de la derecha tinerfeña se lo mamaron algunos de sus recaudadores, singularmente dos, cuyos nombres omito por innecesarios. El moro siempre ha jodido en las islas y si no acuérdense de las razzias en Lanzarote y Fuerteventura, en cuyas costas los que llegaban pasaban a cuchillo al personal más cercano a la playa; concluida su hazaña, se montaban en sus botes y se mandaban a mudar, después de rapiñar todo lo que encontraban. O sea, que yo no tengo que ser amigo del moro por obligación. No me da la gana.

2.- El bueno de Isaac Valencia, que hizo una metáfora, se vio entullado por las críticas de la izquierda progre de la melenita y la alpargata, que ha vuelto a resurgir, sobre el azul del mar al caminar del sol, como rezaba el himno nacional no reconocido de don José María Pemán . Los sociatas son muy de política de puertas abiertas, pero luego no quieren que nadie acampe en el patio de su casa, que es particular. Váyanse por ahí.

3.- Esto de la xenofobia y el racismo se lleva en este país a los extremos más grotescos, como es normal en donde nacieron Rinconete y Cortadillo . En un país de pícaros se ha de jugar hasta con las expresiones, explotándolas a modo. Claro que, para rematar la jugada, llegan Fraga y ese alcalde socialista de un pueblo de Madrid, respectivamente para colgar a los nacionalistas (otra metáfora) y renegar de la derecha, que es el deporte de la izquierda; y al revés también. Zapatero no habla de eso, muy ocupado como está en salvar al mundo de la crisis económica que él ignoró hasta anteayer. A mí toda esta tropa me aburre mucho y estoy con el edil villero más que con nadie. O sea, que si me quieren crucificar estoy dispuesto, incluso, a costear la madera de la cruz.

achaves@radioranilla.com

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