GOLPE DE LAS AUTORIDADES DE RUSIA A LAS LIBERTADES

El Kremlin intensifica el control de los contactos con extranjeros

# La ley de espionaje puede considerar alta traición la ayuda a entidades exteriores El Gobierno ruso amplía la guerra contra las oenegés iniciada en el 2006

El Periodico, , 16-12-2008

DMITRI POLIKÁRPOV
MOSCÚ

Los rusos pronto tendrán que pensar dos veces antes de tener contacto con un extranjero. El Gobierno ruso envió a la Duma (Cámara baja) varias enmiendas a la ley de espionaje que permitirá a los servicios especiales acusar de alta traición a miles de personas relacionadas con entidades extranjeras e internacionales, según informó ayer la prensa rusa.
Si en su versión actual la ley determina la alta traición como “actividad enemiga contra la seguridad exterior de Rusia en forma de espionaje”, el Gobierno propone considerar como alta traición cualquier ayuda “material, técnica o consultiva a entidades extranjeras e internacionales que atenten contra la integridad territorial, constitucional y estatal” de Rusia.
Con este gesto, el Kremlin recordó el clásico lema de los tiempos de Stalin que afirmaba que “un charlatán es un gran hallazgo para el espía”. “Cualquier persona que esté en contacto con extranjeros correrá el riesgo de ser acusada de espionaje y traición. Como en los tiempos de Stalin”, opinó Lev Levinson del Instituto de Derechos Humanos, con sede en Moscú.
La semana pasada la Duma aprobó una enmienda que excluyó casos de terrorismo, espionaje y alta traición de la competencia de tribunal de jurados en un claro intento de simplificar el trabajo de los servicios secretos. Las nuevas enmiendas van en la misma línea. “Resulta muy dificil comprobar que un acusado de alta traición lo hizo con intención enemiga”, explica la nota que acompaña las iniciativas legislativas del Gobierno.
La caza de los espías está relacionada con la guerra que el Kremlin está llevando contra las oenegés desde el 2006 cuando el Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) acusó a cuatro diplomáticos de la embajada británica en Moscú de espionaje, así como de financiación de varias oenegés en el territorio ruso. El Grupo Helsinki de Moscú fue uno de los receptores de los donativos abonados por la embajada de Reino Unido. Además, el contraespionaje ruso afirmó que ha descubierto pagos a las oenegés de grandes cantidades de dinero en metálico.

CONTROL DE LA FINANCIACIÓN
El entonces presidente Putin firmó hace dos años una ley de las oenegés que impuso un férreo control sobre su financiación. El Kremlin sostiene que su objetivo es impedir que estas entidades sean empleadas para actividades terroristas, espionaje y el lavado de dinero. Importantes oenegés rusas han afirmado que la verdadera razón es que el poder teme la repetición en Rusia del escenario revolucionario de Georgia y Ucrania, donde estas organizaciones financiadas por Occidente jugaron un papel fundamental. La Justicia rusa ha cerrado ya decenas de oenegés.

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