El atentado del sábado contra un jefe de policía en Baviera, desafío sin precedentes de los radicales de derecha

Neonazi en el umbral

La Vanguardia, , 16-12-2008

RAFAEL POCH – Berlín. Corresponsal

Este año los neonazis alemanes han matado a tres personas y son responsables de 800 crímenes antisemitas
El 25de julio nazis de toda Alemania acudieron al cementerio de Patriching, cerca de la ciudad bávara de Passau, al entierro de uno de sus veteranos correligionarios. Fue una jornada cargada de estampas habituales: los congregados cantaron y corearon sus lemas, golpearon e hirieron seriamente en el mismo cementerio a un periodista sin que la policía, presente en el lugar, moviera un dedo, y acabaron la jornada atacando impunemente en la zona peatonal de Passau a una mujer de origen asiático.

La policía alemana tiene centenares de informantes y agentes infiltrados en las filas neonazis y también, según activistas de la escena antinazi, una notable tradición de pasividad y condescendencia ante sus desmanes públicos. En el conjunto de Alemania los neonazis han matado este año a tres personas, según las asociaciones antinazis, y se han registrado 800 crímenes antisemitas, con 27 personas agredidas, según fuentes de la comunidad judía. En la zona de Passau se les atribuyen, oficialmente, 83 delitos y más de 17.000 en el conjunto del país el año pasado. Los expertos no creen que el fenómeno esté en expansión.

Durante el sepelio de julio, el dirigente neonazi Thomas Wulff colocó demostrativamente una bandera nazi con la cruz gamada sobre el féretro del finado. La bandera nazi es un símbolo prohibido en Alemania, así que la fiscalía local se puso en marcha; ordenó la detención de Wulff y la retirada de la bandera. El encargado de ejecutar el requerimiento judicial fue el jefe de policía de Passau, Alois Mannichl, un funcionario que cumplió su cometido, reabriendo la tumba y retirando la bandera. El jefe de policía Mannichl ha sido presentado por la prensa alemana como un hombre estricto y enérgico con los desmanes de los neonazis locales, y en cualquier caso, el partido neonazi NDP lo convirtió en símbolo de un atropello. “Mannichl ha pisoteado la tumba de un soldado caído”, señalaba en noviembre una nota de prensa del partido.

La siguiente escena tuvo lugar el sábado, poco después de las 5.30 de la tarde. En casa de Mannichl llamaron al timbre. El propio jefe de policía abrió la puerta. “Saludos de parte de la resistencia nacional”, le dijo un hombre de metro noventa en el umbral. “Cerdo policía izquierdista, esto es para que no vuelvas a pisotear las tumbas de nuestros camaradas”, añadió mientras le clavaba un cuchillo de once centímetros en el abdomen. Mannichl se desmoronó en el umbral y su mujer, horrorizada, llamó inmediatamente a urgencias. El pinchazo no afectó al corazón por dos centímetros. El jefe de policía fue operado rápidamente y se encuentra fuera de peligro.

Según su testimonio, el agresor le habló con acento bávaro o con su correspondiente local austriaco, que es muy parecido. La fórmula empleada recuerda a la de la nota de prensa de noviembre del NDP a propósito del entierro de julio. Mientras tanto, el párrafo concreto que citaba a Mannichl por su nombre como pisoteador de tumbas ha desaparecido de la red, señalaba ayer la web del semanario Die Zeit.

El NPD rechaza la violencia “por motivos tácticos y estratégicos”, ha explicado a la prensa un dirigente del partido, sin dejar de sugerir que quien siembra vientos recoge tempestades. Dos sospechosos detenidos el domingo han sido puestos en libertad sin cargos. La búsqueda continúa, mientras el portavoz gubernamental Ulrich Wilhelm dice que este intento de asesinato supone un desafío sin precedentes. En 1980 un atentado suicida neonazi ocasionó 13 muertos y 200 heridos en Munich.

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