Abusos policiales

La Jornada, Armando G. Tejeda, corresponsal, 14-12-2008

Madrid. A medida que se acercan las fiestas decembrinas, una de las consecuencias inmediatas en Madrid es la notoria presencia de más policías en el centro histórico de la ciudad, pero también la intensificación de los llamados “controles policiales contra la delincuencia”, que en teoría están pensados para evitar el aumento de robos durante esta época del año.

Estos “controles” se convierten, sin embargo, en una medida que afecta a miles de ciudadanos, puesto que los agentes, pertrechados con chalecos antibalas, con armas de grueso calibre y diseminados por las calles como si se tratara de un control antiterrorista, se dedican a cachear y pedir la documentación a cuantos ciudadanos quieran.

Así, sólo por el aspecto, los controles se convierten también en una medida encubierta para identificar, detener y expulsar –en su caso– a los migrantes o ciudadanos extranjeros que se encuentran en el país de forma “irregular”. Además, la identificación de ciudadanos no sólo se realiza a los peatones, sino que también se cortan carriles de arterias vitales para la comunicación del centro histórico para identificar a presuntos delincuentes o, como ya se dijo, simples migrantes “sin papeles”.

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