El cole de los 'pitagorines'

El País, ROSA RIVAS, 12-12-2008

“¿Qué ha pasado hoy?”, pregunta la profe a los críos de 3º A y 1º B, afanados en su taller de science unos y en los cuadernos de dictado otros. “Pues que hemos salido en los periódicos. Que somos muy buenos, los primeros de Madrid. Yo lo he leído. Mi mamá lo oyó en la radio. Yo lo he visto en la puerta” (un recorte de prensa fotocopiado lucía en la entrada como un trofeo).

Pequeños y mayores, el paisaje humano del colegio concertado San Javier, en el distrito de Arganzuela, estaban ayer esponjados de satisfacción: padres, alumnos, profesores… “Tenemos unos pitagorines de 12 años”, ironizaban éstos, porque el sexto de Primaria es el número uno. Lo dice la Prueba de Conocimientos y Destrezas Indispensables (CDI) de la Comunidad de Madrid.El teléfono no dejaba de sonar ayer en el colegio San Javier, un centro bilingüe laico. Llamadas de familias, de antiguos estudiantes y de los medios de comunicación que querían saber “el secreto del éxito”. Porque este centro concertado ha sacado una nota de 34,53 sobre 40 en la Prueba de Conocimientos y Destrezas Indispensables (CDI, instituida por la Consejería de Educación para sexto de Primaria). Diríase que por la cercanía al Matadero (reconvertido en centro cultural) la chavalería de este cole se mata a estudiar. El 20 lo alcanzan tanto en Lengua como en Matemáticas. Todos los años hay notazas en las pruebas. La directora, Isabel Pérez Ongo, enseña las hojas de los últimos tres años del CDI. “En cuarto de Primaria ya están entrenando. Esto no es cosa de un sólo curso”, explica orgullosa.

“La clave es trabajo, constancia y seguimiento del alumnado”, corrobora la coordinadora de Primaria, Encarna Alonso, coordinadora de Educación Primaria, mientras muestra la agenda escolar, un instrumento de trabajo que usan todos los alumnos, tanto críos como adolescentes. Es además un canal informativo de relación con los padres, a la par que diagnóstico de cómo se organizan los estudiantes. Las tutorías semanales, libros para “aprender a pensar desarrollando la inteligencia”, cuadernos de ortografía y vocabulario y fichas de comprensión lectora son algunas de sus armas.

Las instalaciones del San Javier están repartidas en tres espacios, imbricados en bloques de estética sesentera, como si las aulas fueran continuación de las viviendas. Es el cole del barrio, con la M – 30 rugiendo al fondo. El San Javier no es grandilocuente en instalaciones, pero es modélico en preparación de cerebros.

La población del colegio – con la concesión de bilingüe este año – es de 725 niños y niñas, repartidos en Educación Infantil, Primaria y Secundaria, con una veintena de alumnos por aula (27 o 28 es el ratio). Del total, el 8% es extranjero (dos o tres por aula): la mayoría es de origen chino, seguidos por latinos, rumanos e indios. “Son niños muy integrados. Además, el resto tira mucho de ellos. Todos tienen apoyos”, asegura la directora. “?Sí hay aulas de enlace, pero no tenemos alumnos de compensatoria”, explica. “El 90% del alumnado empieza a los tres años y sigue aquí hasta los 16”.

El colegio cumplió en 40 años en 2007. Todo un recorrido que ha dado para varias generaciones. Los antiguos alumnos tienen preferencia para llevar a sus hijos, y lo aprovechan. “Hay disciplina, hay seguimiento. Y ahí están los resultados”, dice Carmen López, madre de Laura, alumna de ese sexto de Primaria first class. “A mí me enseñaron a estudiar, a saber leer y a saber comprender”.

“Ser las primeras nos sirve para seguir esforzándonos”, afirman Cristina, Sara y Paula, tres pitagorinas del sexto de Primaria ganador, que se sonrojan cuando reciben la enhorabuena.

“Es muy gratificante poder estar aquí. En mi barrio, y donde yo estudié”, dice Esther Chicharro, de 30 años, la secretaria del colegio. “Hay lista de espera. El proceso de admisión es muy duro”, certifica. Son frecuentes los casos de fidelidad al San Javier, que extiende su influencia al barrio, donde coinciden todos como vecinos. “Prolongas las tutorías en el supermercado”, comenta la coordinadora de Educación Primaria, 27 años en el centro. “Aquí el ambiente es muy familiar”.

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