La incidencia de la pobreza resulta 13 veces mayor entre los inmigrantes

El País, MIKEL ORMAZABAL, 12-12-2008

Hasta el presente año, la pobreza real se mantiene en el País Vasco en niveles bastante parejos a los de cuatro años atrás, a pesar del proceso de expansión económica que se ha dado en este periodo. Es un fenómeno social decreciente y con una incidencia relativamente baja si se compara con otras comunidades españolas o la media europea. No obstante, en Euskadi todavía hay 68.051 pobres (el 3,2% de la población), la mayoría de los cuales ha tenido durante el último año problemas muy graves para hacer frente a las necesidades más básicas, como la alimentación. El mapa de la pobreza presenta su cara más amarga entre los inmigrantes, donde la situaciones de privación elemental afectan al 25,6% de este colectivo.

La última Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales 2008, que realiza cada cuatro años desde 1986 el Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social, sitúa el índice de pobreza real en el 3% de los hogares (23.539), ligeramente por debajo del de 2004, cuando se encontraba en el 3,9%. El consejero Joseba Azkarraga explicó que mientras la tasa entre la población autóctona es de “apenas” el 1,9%, ésta se multiplica por trece (el 25,6%) en el caso de los extranjeros empadronados en Euskadi. La desproporción es aún más elevada (el 31%) entre los ciudadanos extracomunitarios.

El fenómeno de la pobreza está más presente en los hogares monoparentales (10,1%) o unipersonales (4,2%), y se reduce notablemente en las familias tradicionales (biparentales) con o sin hijos. El problema se agudiza cuando en un hogar la persona principal tiene más de 45 años y es dos veces superior a la media cuando la cabeza de familia es una mujer (el 6,4%).

El estudio del Gobierno permite ver la evolución de la pobreza a lo largo de los últimos 25 años, periodo en el que las situaciones más extremas de necesidad se han reducido notablemente, pasando del 8,3% en 1986 al 3,2% actual.

Además de la pobreza real, el trabajo establece otras dos categorías más para graduar los niveles de necesidad: la pobreza de mantenimiento – cuando en un momento puntual no hay ingresos suficientes para hacer frente a las necesidades más elementales – y la pobreza de acumulación, que refleja una incapacidad estructural para mantener un nivel de vida mínimamente adecuado por deficiencias en la vivienda, falta de ahorros, etc.

La pobreza de mantenimiento afecta al 4,6% de los hogares (36.955) y al 4,1% de la población, unos índices que han bajado muy poco en los últimos cuatro años, aunque Azkarraga explicó que durante este periodo han aumentado en 55.000 el número de hogares por el aumento de la inmigración y de los jóvenes que se han independizado.

El índice de pobreza de acumulación, que se sitúa en el 0,5% de los hogares y el 0,7% de la población, también ha descendido en el mismo cuatrienio, según los datos ofrecidos por Azkarraga. Los hogares donde se vive alguna de estas dos situaciones de riesgo se elevan a 39.737 (el 5% del total) y afectan a 100.250 personas.

En el contexto europeo, y tomando como referencia las cifras de pobreza de mantenimiento, el País Vasco presenta una posición “mucho más favorable” que la media, sólo mejorada por países como Finlandia y la República Checa, aseguró el consejero de Justicia. Teniendo en cuenta el indicador de bajos ingresos, añadió Azkarraga, la incidencia en la comunidad autónoma es del 14,8%, un 1,2% inferior a la media europea y un 5,2% menor que la española. También estacó que Euskadi ha conseguido este año situarse por debajo de la media de la UE en lo relativo a la pobreza real.

Otra de las variables recogida en la encuesta hace referencia a la sensación de precariedad o ausencia de bienestar, que incluye a quienes no alcanzan de niveles de comodidad económica pero tampoco pueden ser considerados pobres. En este escalón se encuentran 184.237 hogares (el 23,1%) y 454.089 personas.

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