Un disuasorio despliegue de la Guardia Civil impone una precaria calma en La Mojonera

ABC, JAVIER LÓPEZ | ALMERÍA, 10-12-2008

La localidad alemeriense de La Mojonera ha recobrado la calma tras los disturbios derivados del homicidio de un joven subsahariano a mano de un magrebí el pasado domingo. Alguna escaramuza de la comunidad subsahariana enturbió la madrugada, pero el ajuste de cuentas no llegó a mayores. El propio ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, confirmó ayer que la situación está controlada. No obstante, para evitar que salte por los aires, sigue en el municipio almeriense un importante dispositivo de seguridad formado por un nutrido número de agentes de la Guardia Civil.

La presencia de las Fuerzas de Seguridad, llegadas incluso desde Valencia y Sevilla, aportó un plus de confianza en la seguridad a la población, toda vez que los agentes ejercieron su autoridad con firmeza, como demuestra la detención de otros dos subsaharianos por su vinculación con un altercado con magrebíes.

Los cinco amigos del maliense que murió acuchillado que fueron detenidos pasaron a disposición judicial antes que los tres marroquíes a quienes se relaciona con la muerte de Sega. El juez ordenó su ingreso en prisión por los desórdenes públicos.

Uno de los magrebíes apresado es sospechoso de matar con una navaja al joven de Mali, al que pretendía robar la cartera, y a los otros se les considera cómplices del homicidio que dio origen a los disturbios. Al fallecimiento de Sega reaccionaron sus amigos y paisanos con una marcha improvisada hacia la calle Solera, donde reside parte del colectivo magrebí. Una vez en ella destrozaron dos locales comerciales y varios vehículos antes de que los agentes impusieran orden.

Precisamente, es la presencia de guardias civiles y policías lo que sustenta la tranquilidad de los vecinos. Para evitar que la compleja relación entre ambas comunidades ocasione nuevos enfrentamientos, se combinó ayer la disuasión y la diplomacia. Mientras los agentes permanecían en las calles, el alcalde del municipio, José Cara, mantenía una reunión con representantes de los colectivos magrebí y subsahariano para pedirles que hagan un llamamiento a la calma a sus respectivos compatriotas.

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