La violencia contra las mujeres se recrudece

Las muertes de Valencia y Gandia elevan a 10 el número de asesinadas, la cifra más alta en una década

Las Provincias, J. BATISTA, 10-12-2008

El crimen de Gandia ha hecho saltar todas las alarmas. En lo que va de año, la Comunitat ha alcanzado el registro más tétrico de la última década después de que diez mujeres hayan sido asesinadas a manos de sus cónyuges o ex parejas. Pese al incremento de juzgados especializados, de las ayudas a las maltratadas o de los recursos policiales, este año no se conseguirá reducir el número de muertes por violencia de género. Todo lo contrario. A falta de menos de un mes para que termine 2008, ya se ha igualado el registro del año pasado, cuando también perdieron la vida diez mujeres como consecuencia de esta lacra social.

No es el único dato negativo. Tras los casos de Gandia (donde todo apunta a un crimen de violencia contra la mujer) y el de Benicalap, en el que perdió la vida una joven de 25 años apuñalada por su pareja, la autonomía valenciana se sitúa a la cabeza de España en cuanto a víctimas de violencia de género, sólo por detrás de Madrid, donde el macabro registro asciende a 11 personas, y al mismo nivel que Andalucía. Además, en los últimos diez días la Comunitat ha sufrido dos de los tres casos conocidos a nivel estatal (incluyendo el de Pontevedra).

Según los datos de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, en España se han registrado 59 muertes, aunque no se incluyen algunos casos en investigación, como el de Gandia o el que se produjo el 25 de abril en Aspe (Alicante), cuando Xiou D., de nacionalidad china, fue asesinada supuestamente por su pareja. Las únicas comunidades autónomas en las que no se ha registrado muerte alguna relacionada con la violencia de género son Aragón, Cantabria y Extremadura, así como las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. En el 44,1% de los casos nacionales la víctima era extranjera, un porcentaje que también se da en la Comunitat: de las diez asesinadas, cuatro procedían de otros países: Rusia, Bolivia, Brasil y China.

Los nefastos datos no han pasado desapercibidos a los responsables políticos, sobre todo después de que en el arranque de diciembre se hayan producido dos muertes. Ayer, la consellera de Justicia, Paula Sánchez de León, explicó que la Generalitat se personará en la causa penal por el asesinato de la mujer de Gandía, como se hace en todos los casos. Eso sí, siempre que “se confirme que se trata de una muerte por violencia de género”, según la consellera. Además, ayer se reunió el Observatorio de Género de la Comunitat, cuyo principal objetivo es velar por conseguir el máximo grado de igualdad entre el hombre y la mujer. Sin embargo, también se comentaron las últimas muertes, como explicó el secretario autonómico de Familia, David Calatayud.

“Sí se ha hecho referencia a los últimos casos, que lógicamente son condenables. Lo que se ha detectado, tanto por parte de representantes de la Generalitat como de las universidades, es que la Ley integral de Violencia de Género es buena, pero no basta con hacer leyes en este sentido. Todos los representantes del Observatorio han hecho hincapié en la necesidad de fomentar la educación”, señaló Calatayud. “Es la clave para que los niños y jóvenes muestren un respeto absoluto hacia la mujer y se preserven los valores de igualdad. En esta línea habrá que seguir trabajando”, sentenció.

Los datos de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género arrojan más conclusiones. Las franjas de edad con mayor número de víctimas son las que van desde los 21 a los 30 años y desde los 41 a los 50, con 15 mujeres asesinadas en ambos casos.

Además, en el 57% de las muertes, la mujer y su asesino eran pareja, mientras que en las restantes (25) la relación estaba en fase de ruptura o ya no existía.

También es conocido el miedo a denunciar que existe entre las mujeres maltratadas. De todas las víctimas nacionales, sólo 13 habían puesto en conocimiento de la justicia los malos tratos. Además, los sistemas para evitar desenlaces trágicos también fallan, como sucedió con la pulsera GPS que portaba el asesino de Pontevedra. En nueve de los asesinatos cometidos en España, la mujer tenía en vigor una orden de protección.

En cuanto al agresor, las edades con mayor número de incidencias son las que van entre los 31 y los 40 años, con 18 maltratadores. Hay que tener en cuenta que en el 40,7% de los casos totales el asesino era extranjero. Por último, tras cometer el crimen el agresor trató de suicidarse en 18 ocasiones. En 12 consiguió su objetivo.

Los datos más recientes señalan que hasta octubre 6.947 mujeres presentaron denuncias en los juzgados de la Comunitat, un dato por debajo de los ejercicios anteriores, cuando se superaron las 9.000 al final de año. La mujer que sufre malos tratos dispone de numerosos recursos: desde justicia gratuita hasta ayudas económicas y laborales. Todo con el objetivo de que ninguna agresión quede impune.

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