«Nadie tiene en su ADN algo que lo haga ilegal. Eso lo dicen las leyes»

Está al frente del Zoco Kaebnai, un abordaje intercultural novedoso recién celebrado en el Centro Mª Inmaculada de Gros por el que han pasado más de 2.000 personas

Diario Vasco, ELENA VIÑAS, 10-12-2008

U n zoco puede ser un mercado lleno de oportunidades para adquirir alimentos y utensilios que contribuyan a hacer la vida de cualquier persona algo más fácil, o también puede ser el lugar idóneo en el que descubrir que esos mismos alimentos y utensilios forman parte de nuestra cotidianeidad gracias a personas llegadas de otros países. La inmigración tiene dos caras, o. ¿tal vez sólo una y nosotros nos empeñamos en cerrar nuestra mente? Jorge Sáez, coordinador de proyectos de Kaebnai (Kultur Arteko Ekintza Berria – Nueva Acción Intercultural) se esfuerza en abrírnosla.

- Lleva años metido en todo lo relacionado con la solidaridad y la interculturalidad. ¿De dónde nace esa inquietud?

- Soy licenciado en Pedagogía y siempre me ha gustado trabajar con personas y para personas. De ahí también que eligiera estudiar esa carrera. Me he dedicado al ámbito de la educación no formal, fuera del sistema reglado – muy definido, pero a la vez muy anquilosado – , desarrollando proyectos socio – educativos, sobre todo, de sensibilización.

- La mayoría de ellos, desde Kaebnai.

- Sí, realizamos un abordaje desde una metodología no formal. Nuestro trabajo se dirige principalmente a jóvenes. El contexto de aprendizaje es más amplio y rico que en otros ámbitos.

- ¿Qué es exactamente Kaebnai?

- El nombre es en realidad las siglas de Kultur Arteko Ekintza Berria – Nueva Acción Intercultural. Es una asociación de educadores que pretende ofrecer un servicio de sensibilización, mediación y formación en lo intercultural a través de seis áreas de trabajo: la orientación y el asesoramiento, la sensibilización, la formación, la mediación, la documentación y la investigación.

- Parece que con el incremento de la inmigración éste es un campo que va ganando importancia de cara a la prestación de servicios.

- El trabajo de educación en la ciudadanía es más necesario hoy que nunca.

- Trabajos como el que permite el Zoco que acaban de clausurar en Gros.

- El Zoco es un proyecto de sensibilización ciudadana incluido dentro de esa área. Surge como una exposición intercultural que se enmarca dentro de un proyecto más complejo y ambicioso que dura todo el año.

- ¿En qué ha consistido esa muestra?

- Ha sido una exposición de diez días organizada en colaboración con otras entidades, en la que han participado multitud de centros de educación Primaria y Secundaria, además de EPAS de toda Gipuzkoa. Su objetivo era intentar que la gente no remarque siempre lo que nos separa a personas de distintos países, sino en lo que nos une. Queríamos hacer ver a los visitantes que son más las similitudes que las diferencias.

- Pero elegir algo tan mundano como un zoco para algo tan serio.

- Fue algo premeditado. Partimos de que nuestra vida cotidiana está llena de mestizajes. Lo planteamos a través de un mercado con un montón de tiendas en las que se ‘venden’ diferentes productos, materias primas y otros elementos de nuestra cotidianeidad. En realidad, no se vende nada. Es una simulación para hacer reflexionar a los participantes.

- Cuénteme cómo.

- Por ejemplo, con una patata.

- ¡¿Una patata?!

- Con una patata, con el café. No nos damos cuenta de que hay un montón de cosas a nuestro alrededor que proceden de otros países. La patata puede ser lo más evidente, pero no caigamos en ello.

- Póngame otro ejemplo.

- Si la sociedad cierra las puertas a los inmigrantes de Senegal, también debería de cerrárselas entonces a la madera talada ilegalmente que viene de ese país y con la que están fabricados muchos de nuestros muebles. Son reflexiones que habríamos de plantearnos.

- ¿Cómo reaccionan los visitantes de su Zoco?

- La primera reacción es de asombro y sorpresa al descubrir que toda nuestra cotidianeidad es una suma de esas aportaciones; un enriquecimiento cultural que es fruto de siglos de historia. El papel y la tinta fueron inventados en China. Los números, árabes. Debemos de estar abiertos a ese mestizaje. En una sociedad como la nuestra no caben los ciudadanos de primera clase y los de segunda. Nadie tiene en su ADN, en su sangre o en su bolsillo algo que lo haga legal o ilegal. Eso lo dicen las leyes.

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