Los mossos juzgados por romper el brazo de un arrestado dicen que usaron la fuerza mínima

El Mundo, NANDO GARCIA, 10-12-2008

La víctima, de origen senegalés, sufrió la fractura de la extremidad por tres partes al ser reducido Otro caso de supuesto abuso policial que afecta a los Mossos d’Esquadra llegó ayer a jucio. Y de nuevo, como ocurrió con la polémica sentencia que ha condenado a penas de hasta seis años de cárcel a varios agentes por apalear a un ciudadano rumano, será la sección novena de la Audiencia de Barcelona la encargada de dictar el fallo, aunque los magistrados que constituyen el tribunal no son los mismos. En esta ocasión son cuatro los miembros de la Policía autonómica que se sientan en el banquillo. El juez instructor, la Fiscalía y la acusación particular sostienen que los mossos apalearon al arrestado, un ciudadano senegalés detenido por un asunto de drogas, hasta romperle un brazo por tres puntos distintos. Los procesados aseguraron ayer que utilizaron la fuerza «necesaria» para poder reducirle. Para ellos, la Fiscalía pide penas de cuatro meses de cárcel por delitos de lesiones para tres de los acusados, una condena que la abogada del detenido extiende a los cuatro policías imputados, para los que solicita un total de 30 años de prisión por torturas.


El caso, denunciado por EL MUNDO en junio de 2007, se remonta a abril de 2006 y fue uno de los presuntos casos de malos tratos en la comisaría de Les Corts de Barcelona que provocó que se abriera una investigación interna en este cuerpo policial.


La noche del 28 de abril del citado año, Aliou fue trasladado a una de las celdas de la comisaría. A partir de ese momento, las versiones son contrapuestas. Los agentes sostienen de forma unánime que el arrestado empezó a golpearse contra los barrotes de la celda Los policías afirman que uno de ellos intentó calmarle, pero el detenido fue aumentando «gradualmente la agresividad».En ese instante, los mossos ordenaron a la víctima que se situara al final del calabozo para ser esposado. Los agentes, que admitieron que el hombre no intentó golpearles, coincidieron ayer en que al reducirlo tres de ellos al suelo junto al arrestado, primero de rodillas y luego boca abajo. Después, uno le cogió el brazo derecho, mientras los otros le inmovilizaban.


La declaración que prestó ayer el detenido parece relatar hechos distintos. Aliou asegura que recibió una «lluvia» de patadas, puñetazos, incluso cuando ya tenía las esposas colacadas.


Para intentar aclarar lo ocurrido, también testificó ayer un médico forense y la enfermera que atendió a la víctima después de que fuera trasladada al ambulatorio de Perecamps desde la comisaría. Esta última señaló que el hombre tenía «una gran deformidad en el brazo en forma de zeta» y añadió que se expresaba en un castellano perfecto, lo que contradice diametralmente la versión de los agentes, que por un lado negaron que vieran alguna herida en el brazo del arrestado y por el otro afirmaron que no entendían lo que decía. Además, el forense señaló que las lesiones fueron provocadas por «una gran fuerza de presión». A parte de las heridas, el detenido también sufre un daño psicológico. No en vano, la Fiscalía reclama que la víctima sea indemnizada con 60.000 euros por las secuelas que sufre.

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