ÁNGEL MARÍN

BARCELONA. Una mujer de 40 años de edad, A. F. E., que tenía quemaduras en el 90 por ciento de su cuerpo por la explosión de gas en el barrio de Ca n´Espinós de Gavà, falleció ayer al mediodía en el hospital de la Vall d´Hebron, y eleva a cinco el número de víctimas mortales que, de momento, se ha cobrado este trágico accidente. Fuentes de la residencia sanitaria informaron que la paciente, que estaba ingresada en la Unidad de Grandes Quemados, murió a causa de una parada cardiorrespiratoria.

Otro de los 17 heridos hospitalizados – doce en la Vall d´Hebron y cinco en Bellvitge – ha empeorado en las últimas horas y se encuentra en estado crítico, lo que hace temer por su vida, según las mismas fuentes. Del resto de hospitalizados, once continúan en estado muy grave y cinco están graves, todos ellos estables dentro de su pronóstico.

Los familiares y amigos de los fallecidos y heridos por la explosión de gas conocieron la noticia de la muerte de A. F. E. en el tanatorio de la Ronda de Dalt, emplazado en las inmediaciones del hospital, cuando se estaba oficiando la misa funeral por la joven F. C. F, de 17 años, F. F. F., de 20, y T. F. F., de 41. Estos dos últimos fallecidos eran el nieto y el hijo de la primera víctima mortal, A. F. F., una mujer de 60 años, que anteayer fue enterrada.

Cientos de personas asistieron al funeral por las tres víctimas mortales y, posteriormente, se desplazaron hasta el cementerio municipal de Gavà donde fueron enterradas. El conseller de Interior, Joan Saura, y el alcalde de Gavà, Joaquim Balsera, acudieron al acto religioso, en el que también estaba presente el alcalde de Benalúa de Guadix, la localidad granadina de la que eran oriundos los fallecidos y heridos por la explosión de gas.

Muchas de las 52 familias de etnia gitana de este pueblo granadino que el pasado jueves cogieron un autocar para acompañar a sus familiares en estos momentos de duelo han manifestado su intención de volver hoy a Benalúa de Guadix tras pasar cuatro días de angustia y dolor en Barcelona. Una pesadilla que todavía continúan viviendo las familias y amigos del resto de heridos hospitalizados.

Tan sólo una familia, que está pendiente del estado de su ser querido, no ha pasado por el bloque siniestrado para retirar, acompañados por los Bomberos, sus objetos personales. El resto de las once familias afectadas ya lo ha hecho e, incluso, cuatro de ellas ya están viviendo en las nuevas viviendas de protección oficial, situadas en el mismo municipio, que la Generalitat ha puesto a su disposición.