Pareja de lengua para inmigrantes

ABC, 08-12-2008

POR ÁNGEL MARÍN

BARCELONA. «Si no hay química personal, la pareja lingüística no funciona», afirma Assumpta Manzanares, una barcelonesa que todos los miércoles por la tarde dedica una hora y pico a conversar en catalán con tres andaluzas – Ana González, Presen Hernández y Salud Bravo – , que desde hace décadas residen en L´ Hospitalet de LLobregat. Las cuatro mujeres forman una de las 6.304 parejas lingüísticas que se constituyeron el año pasado en el marco del programa «Voluntariado por la Lengua».

La creciente llegada de inmigrantes ha provocado que el Gobierno catalán invierta más recursos en este programa lingüístico, en el que también participan destacados políticos como el presidente de CiU, Artur Mas. El líder nacionalista se presentó el pasado miércoles con su pareja lingüística, un chino propietario de un restaurante en Barcelona, en el acto de la federación dirigido especialmente a los inmigrantes.

Un total de 20.722 parejas han participado en los cinco años de historia de este programa impulsado por la Secretaria de Política Lingüística y el Centro para la Normalización Lingüística (CPNL) para fomentar el uso de la lengua catalana a través de las relaciones interpersonales. El cuarteto lingüístico de L´Hospitalet se reune casi siempre en un café para hablar de asuntos personales y cotidianos – las relaciones con los hijos centran casi siempre la conversación, confiesan, aunque dicen que también hablan de cosas más vanales como la peluquería o más serias como las noticias – .

«Me daba mucha vergüenza»

Ana González, de 59 años, nacida en Coria del Río (Sevilla), comenzó hace tres años de oyente de una pareja lingüística, ya que «no pronunciaba ni una palabra en catalán porque me daba mucha vergüenza». Hoy lo habla con cierta fluidez «gracias a la Assumpta», aunque no ha perdido su acento andaluz pese a los 35 años que lleva en Cataluña. Esta ama de casa y monitora de Taichi resalta que ahora ya se atreve a conversar en catalán con sus alumnas y, sobre todo, con su nieto, aunque confiesa que con su hija sigue usando el castellano.

Presen Hernández, de 58 años, nacida en Guadix (Granada) se incorporó a la pareja lingüística de Ana porque «era mi compañera de pupitre» en los cursillos de aprendizaje básico de lengua catalana. La mujer explica que decidió ir a clases de catalán para «entender bien» los programas de TV3, como «El Club» o «Polònia».

«Hacemos esto porque queremos, nadie nos impone hablar en catalán en Cataluña, como dicen en mi pueblo», apunta la andaluza que en 1960 llegó a Cataluña. En su casa sigue hablando el castellano con su marido, Tomás Marín, que continúa siendo del Real Madrid, pero «mis dos hijos son del Barça», resalta.

Intercambio de experiencias

Salud Bravo fue la última en incorporarse al cuarteto lingüístico de L´Hospitalet. La mujer, de 53 años, nacida en Castro del Río (Córdoba), reconoce que la necesidad laboral le empujó a apuntarse a los cursillos de catalán, donde conoció a Ana y Presen. «Me hacía falta aprender catalán para poder trabajar de monitora de comedor en un colegio», reconoce la más joven del grupo.

Las tres mujeres son pareja lingüística de Assumpta Manzanares, que trabaja de administrativa, y que todos los jueves da clases de catalán en la asociación de vecinos del centro de L´Hospitalet. Afirma que sus encuentros voluntarios van más allá de la relación entre alumnas y profesora porque «todas somos amigas». Como ejemplo de intercambio de experiencias, la profesora de lengua catalana confiesa que ella es ahora alumna de Taichi de Ana.

Desde hace tres años, Assumpta colabora con el programa «Voluntariado por la lengua» que el tripartito pretende extenderlo por toda Cataluña. Fuentes de la vicepresidencia de la Generalitat subrayaron que este programa va dirigido «a aquellas personas que tienen conocimientos básicos de catalán y que desean practicarlo, independientemente de si asisten o no a clases para aprenderlo».

Más de la mitad son extranjeros

Según los datos facilitados por la Secretaría de Política Lingüística, más de la mitad (54,62%) de las personas inscritas en el programa son extranjeras; y dos de cada diez nacieron en España (18,57%) y el resto en Cataluña (8,97%), respectivamente. Siete de cada diez participantes son mujeres y uno de cada cinco son hombres.Entre los inmigrantes inscritos destaca la presencia del colectivo de sudamericanos, con un 47,40 por ciento, al que habría que añadir un 4,76 por ciento más de ciudadanos que proceden de centroamérica y del Caribe. A continuación, figuran los magrebíes (12,86%), seguidos por los ciudadanos de la Unión Europea (11,49%) y los extracomunitarios (10,,69).

En cuanto a los voluntarios, destaca que un 2,67 por ciento son extranjeros, un 3,18 por ciento procede del resto de España y un 85,30 por ciento de Cataluña.

Un equipo de 23 dinamizadores territoriales, asignados a cada uno de los centros de normalización lingüística, es el encargado de dar el visto bueno a las parejas. Como en la vida real, la parejas no duran nada si no hay algo más entre ellos, tal y como afirma Assumpta tras recordar que una sudamericana la plantó el primer día y después nunca supo nada más de esa persona.

Esta especie de «Celestinas lingüísticas» se encargan de realizar el seguimiento de las parejas para que se sientan acompañadas durante el proceso que normalmente dura entre tres y cuatro meses, ya que el programa exige un mínimo de diez encuentros por pareja.

Más de la mitad de los inscritos en el programa «Voluntariado por la lengua» son sudamericanos _ El año pasado se constituyeron 6.304 parejas lingüísticas para fomentar el uso del catalán

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