ÁLEX HERRERA

SANTA CRUZ. Las mafias aprovechan los últimos coletazos del año para seguir con el tráfico de personas desde el continente africano hasta Canarias y la llegada de cayucos a las costas del Archipiélago continúa sin cesar. La sangría de embarcaciones sigue imparable y así fue que otra barcaza arribó durante la madrugada de ayer lunes a Tenerife.

El cayuco, donde viajaban un total de 68 inmigrantes clandestinos, todos varones y entre los que se encontraban ocho posibles menores de edad, fue interceptado sobre las ocho de la noche del domingo por los servicios de Salvamento Marítimo a 110 millas náuticas – unos 200 kilómetros – de la isla de Gran Canaria, concretamente cerca de la costa de la localidad de Arguineguín, según confirmaron ayer a ABC fuentes de la Delegación del Gobierno en Canarias.

Una vez que se dio alcance a la embarcación, el buque «Caliope» de Salvamento Marítimo trasladó a los «sin papeles» hasta el puerto de Los Cristianos, en el municipio de Arona. Su llegada a las instalaciones portuarias se produjo sobre la una y veinte de la madrugada de ayer lunes, donde fueron atendidos por miembros de la Cruz Roja. Todos los inmigrantes clandestinos llegaron en buen estado de salud, salvo de tres de ellos que tuvieron que ser trasladados al centro de salud de El Mojón, en Arona.

Uno de los inmigrantes fue atendido a consecuencia de una apendicitis, mientras que los otros dos «sin papeles» por varias contusiones y traumatismos, según confirmaron fuentes del Centro Coordinador de Seguridad y Emergencias (Cecoes 112).

Los 68 inmigrantes, que viajaban en un cayuco de quince metros de eslora, partieron desde el puerto de Noadibú, en Mauritania, y llevaban tres días de travesía por el océano desde las costas africanas, según confirmaron fuentes de la Delegación del Gobierno.