Obama despierta ira del Ku Klux Klan 

Prensa Libre, 23-11-2008

El Ku Klux Kan (KKK) ha sido la cara del odio racial radical y organizado en Estados Unidos hacia cualquier individuo no anglosajón. Ese rechazo se ha agudizado con la llegada de un afroamericano por primera vez a la Presidencia de ese país.

Luego del triunfo de Barack Obama, el 4 de noviembre, parece que se reactivó la temible organización extremista en cuyos estatutos figura un lema que explica sus principios: “Los que nacieron esclavos deben morir esclavos”. La supremacía racial anglosajona y sus cruces que arden simbolizan su violento fanatismo.

Una semana después de la victoria de Obama, Thomas Robb, director nacional del KKK, llamó a sus “caballeros” en un mensaje de unidad a defender la ley y orden cristianos, el amor a la familia y a la nación.

“Estos son los principios de la civilización occidental cristiana. Hay una guerra para destruir estos principios. Recemos para que nuestra gente vea el error que han cometido y recuperen el sentido de la lealtad. ¡Arrepiéntete, América!”, continúa el mensaje.

Robb hace referencia a los votantes anglosajones que contribuyeron al triunfo de Obama, a quienes culpó por la falta de unidad que llevó a la derrota al republicano John McCain.

El presidente del Klan vaticinó en octubre recién pasado que Barack Obama sería asesinado como ocurrió, en 1963, con John F. Kennedy.

Si Obama era elegido mandatario, el líder de los “caballeros” del Klan advirtía: “Que le doblen la seguridad, y los servicios secretos le protejan las 24 horas del día y le cuiden como a un bebé”.

Robb opinó, momentos después del triunfo del demócrata, entre otras insólitas declaraciones, que Obama “se convirtió en el primer presidente mulato de los EE. UU.”, debido a que es “mitad negro” y no “negro”, porque “fue criado por su madre blanca”, según divulgó el sitio FolhaOnline.

El líder del grupo paradigma de la xenofobia plantea una posible “guerra racial” en ese país. Según él, con la elección de Obama, el “pueblo blanco” estadounidense percibirá “que llegó la hora de unirse contra los extranjeros y los afroamericanos”.

“Esta guerra es entre nuestra gente, a quienes considero los dueños legítimos y líderes de este magnífico país, y ellos, los negros”, advirtió, y continuó: “La gente está enojada por la invasión de comunidades de aquellos que pertenecen a otro lado y no a nuestros colegios, iglesias y comunidades. Fuimos tomados por aliens, y, sinceramente, considero a Obama un alien”, declaró.

Criticó las tramas para intentar asesinar al demócrata, aunque no porque lamentaría su muerte, sino porque “lo convertiría en un mártir, justo como Martín Luther King, y eso sí sería un desastre”, al contradecirse en sus declaraciones sobre el redoble de seguridad del presidente afroamericano.

Para los racistas, “Barack Obama no es sino el Anticristo”, afirma Brian Levin, profesor de la Universidad de California.

Décadas después de la desegregación, el Klan apenas sobrevive, debilitado por constantes disputas internas. Sin embargo, tiene sus herederos, que están dispuestos a no dejar morir la prédica del odio.

Los grupos neonazis, neoconfederados, separatistas y de supremacía blanca crecen más que hace una década.

El número de esas organizaciones saltó de 608 en el 2000 a 888 en el 2008, según el Southern Poverty Law Center (SPLC), que calcula que 200 mil personas son integrantes activos.

Este año, movilizados por la debacle financiera y la aparición de Obama, esos grupos buscan adeptos en Internet, el nuevo escenario de su resentimiento.

La elección de aquel como el primer presidente afroamericano de Estados Unidos agregó depresión a ese odio, según Heidi Beirich, directora del SPLC, quien aseguró que la victoria del demócrata divide, de hecho, a los descendientes de grupos racistas extremistas.

Algunos creen que un mandatario afroamericano destruiría a EE. UU. Otros, como David Duke, ex dirigente del KKK, piensan que su victoria podría ser buena para su causa, debido a que millones de estadounidenses anglosajones se unirían, tomarían conciencia del riesgo que corre su país y desencadenarían una reacción o revolución racista.

El nuevo gobernante recibió más de 500 amenazas de muerte “creíbles” durante su campaña electoral, y su familia está custodiada por una protección sin precedentes del Servicio Secreto.

Según fuentes de la Oficina Federal de Investigación, el Klan, en particular, tiene un núcleo de seguidores que está preparado para utilizar la violencia y así dar publicidad a su causa.

Pocos días antes de las elecciones se detuvo a dos extremistas que decían pretender asesinar a Obama antes del 4 de noviembre; sin embargo, no disponían de planes ni infraestructuras para hacerlo.

“El KKK ha reaccionado al resultado de las elecciones como cualquiera de esos grupos: están sorprendidos y horrorizados. Sin embargo, ellos también tienen una esperanza particular ahora y es que la victoria de Obama los ayude a reclutar nuevos miembros”, aseguró Mark Potok, director de Proyectos de Inteligencia del SPLC.

El KKK defiende la no – violencia, pero no es el único grupo que alimenta el miedo de que Obama sea atacado. “El riesgo es real, y la prueba está en todos los planes saboteados hasta ahora, aunque no estuvieran muy desarrollados. Esas amenazas nos sirven para hacernos una idea de lo que puede venir a partir de ahora”, opinó Potok.

La población afroamericana de Estados Unidos y muchos de quienes dieron el triunfo a Obama ven en su nuevo mandato la oportunidad de hacer cambios que ayuden a las minorías. Según grupos como el KKK, es la oportunidad de volver a la “lucha”.

información de agencias

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