El mundo, a la vuelta de la esquina

La implantación en Eibar de comercios y restaurantes regentados por ciudadanos extranjeros ha permitido a los eibarreses acceder a productos hasta ahora difíciles de encontrar

Diario Vasco, LETICIA GOMEZ, 23-11-2008

EIBAR. DV. Cada vez es menos necesario tener que viajar para conocer las diferentes culturas que cohabitan en el planeta, puesto que cada vez vivimos en una sociedad más diversa gracias a la paulatina llegada de los inmigrantes. Sin apenas pausas, los extranjeros que han ido llegando a localidad eibarresa conviven con las costumbres de aquí, sin olvidar sus marcadas raíces. Por eso, algunos de estos inmigrantes se han lanzado a implantar negocios con productos procedentes de sus propios países. Restaurantes chinos, turcos e italianos, así como bazares orientales y marroquíes son, junto con las menos tres carnicerías islámicas existentes y el locutorio que cuenta con una importante oferta de productos sudamericanos, las ofertas foráneas más exóticas a los que los eibarreses tienen acceso gracias a la iniciativa de estos nuevos vecinos. Ahora, buena parte del mundo está ahí, a la vuelta de la esquina, al alcance de todos.

El primero en romper el hielo fue el italiano Alberto Tella, promotor del Ristorante Tximeleta (en un principio llamado Farfalle), convertido ya en todo un clásico, gracias a una extensa oferta de la afamada gastronomía transalpina. Han tenido que pasar varios años para que otros extranjeros siguieran su camino, pero la globalización culinaria ya ha llegado a Eibar. La comida china también se ha hecho ya con un importante hueco, que ahora le toca compartir con dos restaurantes turcos, regentado por pakistaníes, que despachan el plato más conocido de la cocina turca, el Kebab.

Un locutorio, todo en uno

Pero, sin duda, lo que más ha llamado la atención en las últimas fechas ha sido la proliferación de algunos comercios que abarcan un sinfín de servicios. Ese es el caso del Cyber Domytele, un pequeño negocio que Mili, una dominicana que lleva ya 16 años residiendo en Eibar, inauguró hace ya tres años en la Ifar Kale, cerca de Portalea. Es un locutorio, pero también ejerce como casa de empeño de joyas, realiza servicios de paquetería e incluso de esteticien y peluquería. Sin embargo, uno de sus puntos fuertes es la venta de productos típicos de la extensa gastronomía sudamericana. «Tenemos prácticamente de todos los países y si alguien me pide algo especial, yo trato de conseguirlo. Hemos cumplido ya tres años y cada vez son más los eibarreses que vienen a por productos que en otros sitios no pueden conseguir. Incluso me piden recetas que yo les doy gustosa». Mili, que llegó aquí tras conocer a su marido en Bélgica, se siente «totalmente integrada. Mi marido es vasco y mis dos hijos, Haritz y Adrián, son eibarreses. Cuando llegué aquí hace 16 años, sólo había 20 extranjeros en Eibar, así que las cosas han evolucionado mucho en ese sentido».

Artículos árabes

También nos hemos convertido en clientes habituales de las carnicerías islámicas. Mohamed Benslaiman, propietario de la carnicería Jardines, es un joven llegado hace ocho años de Tanger, que fue pionero en vender carne halal, procedente de un animal sacrificado según el dictado de la creencia musulmana, esto es, mirando hacia la Meca y mediante un tajo rápido en el cuello para provocar un rápido sangrado. Su éxito ha animado a otros compatriotas suyos a seguir su camino. Así, Mohamed y Hussein abrieron las puertas de su carnicería islámica, situada frente a la plaza del mercado del Rialto, el pasado mes de abril y se muestran satisfechos con la respuesta inicial del público. «La mayoría de nuestra clientela es eibarresa. Estamos situados en un lugar por el que pasa mucha gente y eso nos ha ayudado mucho. Pese a que la carne es su reclamo, lo cierto es que en su pequeño ultramarinos se puede encontrar desde fruta y verdura, hasta cus – cuseras, teteras o mantas».

Desde el mes de marzo también hay otro punto de encuentro para aquel que busque artículos árabes. Se trata del Bazar Marrakech, un establecimiento dirigido por Hussein Fatima, un matrimonio llegado de Ouarzazate, una preciosa localidad del sur marroquí, conocida como la puerta del desierto. «Estamos empezando y, por lo tanto, estamos aprendiendo. Son los clientes los que nos están enseñando, pero por ahora no nos podemos quejar, nos sentimos encantados en Eibar». Se han convertido en la competencia directa de los bazares chinos, que se han establecido con fuerza desde que hace cinco años Jiang Xion, más conocido como Lin, inaugurara el Bazar Txinatarra, en la calle Julián Etxeberria. Nacido en Guag Dong, cerca de Hong Kong, ha logrado en sólo un lustro implantar otros dos negocios similares en Elgoibar y Bergara.

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