Lo único que la pequeña Gift (Regalo, en inglés), de cuatro años, ha conocido de España han sido los muros del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Málaga, unas dependencias semi – carcelarias, en las que ha permanecido desde finales de octubre hasta el pasado miércoles, cuando junto con su madre, fue separada de su padre y embarcada en un avión de línea regular con destino a Nigeria. El padre, de nombre Sony Benedu, también ingresado en el CIE malagueño, no fue informado de la deportación de su mujer y su hija hasta dos días después. Al descubrir que su familia ya no estaba en España, Benedu sufrió un ataque de ansiedad que requirió asistencia médica, según la Coordinadora de Inmigrantes de Málaga, que fue la que denunció el caso.

El hombre fue enviado ayer mismo a Nigeria en un vuelo chárter, según fuentes policiales. Las mismas fuentes explicaron que Gift y su madre fueron repatriadas antes en el vuelo regular “por razones humanitarias”. “Ni las autoridades nigerianas ni las españolas tenían constancia de la paternidad”, afirman. Difícilmente podrían tener constancia, ya que Gift nació en Marruecos, donde sus padres se escondían a la espera de una oportunidad para subirse en una patera y cruzar el Estrecho de Gibraltar rumbo a España.

El pasado 23 de octubre la familia, junto a otras 13 personas de origen subsahariano, fue rescatada en alta mar por el servicio de Salvamento Marítimo y trasladada al puerto de Motril. El juzgado de guardia de esa localidad granadina decretó el internamiento del grupo en el CIE de Málaga, donde, según la ley, sólo pueden permanecer 40 días antes de ser expulsados del país o puestos en libertad.

“Es una salvajada que un juez envíe a una niña de cuatro años al CIE de Málaga, que es uno de los centros de inmigrantes que presentan peores condiciones de toda la Unión Europea”, denuncia Gerardo Márquez, de la Coordinadora de Inmigrantes.

Cuando fue detenida, la familia aseguró que provenía de Sierra Leona, un país en guerra con el que España no tiene vigente ningún acuerdo de repatriación. La policía pone en duda esta nacionalidad y les atribuye un origen nigeriano. España tiene firmado un convenio de extradición de inmigrantes en situación irregular vigente desde diciembre de 2001.

Según la Coordinadora, los agentes de policía que custodian el CIE impidieron a Sony Benedu durante dos días ver a su mujer y a su hija. Hizo falta que la abogada de la organización reclamara una entrevista conjunta con toda la familia para que se descubriera que las mujeres habían sido expulsadas ya de España. “Ha sido una atrocidad romper así un núcleo familiar y no tener la delicadeza de comunicárselo al padre”, se queja Márquez, que volvió a reclamar el cierre de los CIE, ya que “no se puede encerrar a alguien por lo que es una simple falta administrativa, como no tener documentación”.