Bajo las aguas del Golfo de Adén

Gara, 19-11-2008

En esas mismas aguas en las que faenan unos y otros, mueren casi a diario decenas de somalíes tratando de huir de un país en guerra. Su destino soñado es Yemen. Su gran enemigo, las profundidades del Golfo de Adén. Un viaje marcado la mayoría de las veces por la tragedia. La última se dio a conocer hace un par de semanas. Arrastrados por las mareas, Médicos Sin Fronteras (MSF) encontró en una playa yemení los cuerpos de 60 inmigrantes. No son los primeros ni tampoco serán los últimos, y la historia se volverá a repetir secuencia a secuencia. Los traficantes les robarán ingentes cantidades de dinero con la falsa promesa de conducirles hasta Yemen. A mitad de viaje los dejarán tirados, sin agua ni comida, y en caso de surgir cualquier complicación no dudarán en arrojarlos por la borda o matarlos en cubierta. Según la ONU, desde enero, 230 han muerto y 365 desaparecido. Ninguno de esos traficantes ha sido detenido y siguen operando a sus anchas, haciendo negocio con la miseria y desesperación ajena. Estas víctimas sin nombre se pierden en la vorágine mediática diaria y ni siquiera figuran entre las prioridades de los políticos.

MSF ha lanzado la voz de alarma para ver si alguien recoge su eco. De momento, no puede sino lamentar este incesante goteo de muertos y «la poca atención que desgraciadamente se presta al drama de estos refugiados», en claro contraste con «los medios desplegados para hacer frente a la piratería».

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