Soluciones conjuntas a problemas comunes

Gara, Victoria Mendoza Psicoterapeuta, 18-11-2008

Hablar de inmigración no debe limitarse a hablar de extracomunitarios en busca de permisos de residencia y de trabajo, sino también de inmigrantes presos, inmigrantes en paro, inmigrantes sin contrato de trabajo, menores inmigrantes, mujer inmigrante

Los inmigrantes no somos solamente los que pertenecemos a un colectivo de inmigrantes, también son inmigrantes las miles de personas que siguen intentando llegar en pateras y mueren en el mar, o aquellas personas abandonadas en los desiertos en expulsiones masivas o los que se deportan.

Hablar de inmigración no debe limitarse a hablar de extracomunitarios en busca de permisos de residencia y de trabajo, sino también de inmigrantes presos, inmigrantes en paro, inmigrantes sin contrato de trabajo, menores inmigrantes, mujer inmigrante, a la vez que también debemos hablar de los autóctonos en las mismas condiciones precarias. Hablar de qué forma nos presentamos y nos conocemos recíprocamente, ya que no sólo hay que sensibilizar a los autóctonos sobre la inmigración, sino que también hay que sensibilizar a todos los inmigrantes acerca de la cultura vasca. Hablar de inmigración es explicarnos a los que venimos de fuera, que estamos en el País Vasco y que aprender euskara no es una imposición, sino un derecho que todos debemos tener, explicar que aquí también hay falta de derechos sociales y políticos, que aquí también hay corrupción, demagogia e hipocresía política igual que en nuestros países, que aquí también hay desempleo y paro, debido a una crisis ocasionada por los mismos que nos invaden, saquean y empobrecen nuestros países. Hablar de inmigración es entender que tanto inmigrantes como vascos debemos unirnos para luchar contra una serie de injusticias que se cometen en contra de unos y de otros. Inmigrantes y vascos somos víctimas de las malas gestiones políticas y debemos presentarnos, conocernos y analizar juntos los problemas de unos y de otros, decidir juntos qué debemos hacer y cómo debemos ir resolviendo dichos problemas.

No he visto nunca a los políticos concentrándose para protestar por los miles de inmigrantes muertos en sus odiseas, ni en contra de las guerras o de la tortura, tampoco he escuchado a ningún político que anuncie que debido a la crisis van a reducir los sueldos de todos los políticos, ni hay la remota esperanza de que termine el negocio de guerras y venta de armas, ni que realmente se consulte al pueblo sobre cómo administrar el dinero público, o qué debemos hacer para evitar futuros problemas. Hablar de inmigración es mucho más de lo que ahora estamos diciendo y haciendo unos y otros.

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