Reducen gravedad de cargos a ‘cazamexicanos’

El Universo, Ricardo Vasconcellos R., 14-11-2008

| NUEVA YORK, EE.UU.

Cuenca y Nueva York realizan hoy vigilias por crimen del ecuatoriano Marcelo Lucero.

Hoy vuelven a la Corte los siete acusados del asesinato del inmigrante ecuatoriano Marcelo Lucero, quien murió la madrugada del domingo último, víctima del odio racial.

Jeffrey Conroy, Jordan Dash, Anthony Hartford, Nicholas Hausch, José Pacheco, Kevin Shea y Christopher Overton, todos de 16 años, decidieron la noche del pasado sábado “salir a cazar mexicanos”, una expresión usual entre pandilleros anglosajones para calificar incursiones violentas contra inmigrantes en los condados de Suffolk y Nassau, en Long Island.

Gerardo Mejía, abogado designado por la Secretaría Nacional del Migrante para asistir legalmente a la familia Lucero, dijo que el informe pericial señaló que el inmigrante ecuatoriano recibió una sola puñalada y no las siete de que hablaban los reportes policiales de primer momento. Esta circunstancia, acotó, modifica la gravedad de la acusación y podría rebajar la pena de los imputados si son declarados culpables.

El abogado se entrevistó el miércoles con el comisionado de Policía del condado de Suffolk, Richard Dormer, quien alegó que la imputación inicial de asesinato en primer grado por odio racial se convierte ahora en homicidio en segundo grado. “El primer cargo, el de asesinato, tiene una condena de ejecución o prisión perpetua. El segundo, de homicidio, es de 25 años de reclusión”, explicó.

“La razón de esta disminución de responsabilidad para los atacantes es que hubo una sola puñalada. Va a sonar ridículo, pero esa es la legislación del estado de Nueva York. La lógica, si es que queremos encontrar alguna, es que luego de la primera puñalada, el autor ha pensado o ha creado un intento de matar a la víctima”, agregó.

Mejía dijo que, por versiones de testigos, se sabe que la pandilla atacó antes a cuatro hispanos que lograron huir de la furia racista de los “cazamexicanos”. Lucero habría sido el quinto de los perseguidos. “Lo acorralaron a él y a un amigo llamado Ángel, cuyo apellido no puedo revelar porque teme ser deportado por estar indocumentado. Este consiguió escapar, pero Lucero empezó a ser golpeado por los siete agresores. Jeffrey Conroy, el principal acusado, sacó un puñal que iba a clavárselo por la espalda a la víctima. Lucero se defendía con una correa y giró hacia donde estaba el criminal que le asestó una puñalada en el pecho y lo mató”.

Ángel N. relató que llamó desde su celular a la Policía, que  apresó a los pandilleros cuando  iban a huir en dos carros.

El abogado reveló que junto a otros activistas comunitarios  conversó con el director ejecutivo del condado de Suffolk, Steve Levy, a quien se culpa de la violencia antiinmigrante en ese sector de Long Island.

“Le explicamos del temor de los hispanos por los ataques raciales y de la resistencia de ellos a declarar sobre los crímenes de odio, pues piensan que van a ser víctimas de retaliaciones por el Servicio de Inmigración. Le dijimos que es posible que haya testigos que vieron a los actores del crimen, pero que temen comparecer por ser indocumentados. Le pedimos una declaración de que la condición migratoria no tiene relevancia, que los hispanos sin papeles  pueden denunciar o testificar sin miedo a prisión o deportación, y que la Policía no les  preguntará sobre su permanencia en este país”, dijo.

Agregó que para Levy “es una oportunidad para conciliar y que bajen las tensiones con la comunidad hispana. Esperamos que lo entienda y cambie de actitud”.

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