El Grupo Popular del Congreso presentó ayer una propuesta de reforma de la Ley de Extranjería que recorta el derecho de reagrupación familiar, amplía el período de internamiento hasta un máximo de 70 días (ahora es de 40) y establece la figura del contrato de integración. El objetivo de esta reforma es «dar un giro de 180 grados para poner orden y control donde ahora hay caos descontrol y desbordamiento», explicó el portavoz del PP para Inmigración, Rafael Hernando, que aspira a que «España sea un país de oportunidades y no de falsas expectativas».

Hernando dijo que el actual flujo de inmigrantes es «un auténtico caos», ya que el Gobierno se limita a anunciar «nuevas medidas que nunca desarrolla» y a hacer una «regularización masiva encubierta», como demuestra que en los últimos tres meses se hayan concedido 330.000 tarjetas de residencia. Los extranjeros suponen el 12% de la población en un momento de crisis que ha provocado que el 17% de los inmigrantes estén en paro, dijo. Por ello, consideró «imprescindible una reforma de la ley», que «si no se hace es porque el Gobierno está desbordado», agregó.