Muchos líderes de las organizaciones pro inmigrantes se sienten triunfales tras el masivo apoyo electoral de la comunidad latina hacia Barack Obama y al partido demócrata en general. Pero ese apoyo no fue gratis y una marcha que planea recorrer Washington apenas un día después de la toma de posesión de Barack Obama se lo recordará.

“Nosotros le ayudamos a Barack Obama a ganar la presidencia. Es hora de que él responda a nuestras necesidades”, dice Jessica Álvarez, copresidenta de la Coalición Migratoria de la Capital Nacional (NCIC). La marcha, organizada por casi 10 organizaciones de inmigrantes latinoamericanos, asiáticos y del Cercano Oriente planea juntar no menos de 10,000 personas para desfilar por las mismas calles que el desfile inaugural de Barack Obama recorrerá el 20 de enero.

Encuestas a boca de urna y los estrategas demócratas reconocen que el voto latino, que apoyó en un 66% a Obama, fue decisivo para el triunfo de los candidatos demócratas, no solo presidencial, sino para senadores, congresistas y autoridades locales.

Obama prometió en tres ocasiones durante el verano impulsar un proyecto de reforma migratoria integral que incluyera un camino a la legalización con ciertas restricciones para cerca de 12 millones de indocumentados.

Sin embargo, el futuro jefe de gabinete de Obama, Rahm Emmanuel, y la presidenta de la Casa de Representantes del Congreso, Nancy Pelosi, señalaron que las prioridades inmediatas de la Casa Blanca y del Congreso se centrarán en rescatar la economía, que pasa por uno de sus peores momentos en 65 años.

Álvarez agregó que la coalición que lidera ha preparado varios escenarios de trabajo, tanto desde la Casa Blanca como desde el Congreso. Dijo que una posibilidad es proponer aprobar una reforma por partes.

Un buen inicio, dijo, sería la aprobación del “acta de los sueños”, que legalizaría a estudiantes indocumentados de secundaria que se gradúen con promedios sobresalientes y que ingresen a la universidad o se enlisten en el ejército.