ÁNGEL MARÍN

VIC. «Ojalá tuviéramos realidades como éstas en veinte o treinta barrios o municipios más», aseguró ayer el conseller de Educación, Ernest Maragall, en su visita al Espacio de Bienvenida Educativa (EBE) de Vic (Barcelona), el primer centro de acogida de niños inmigrantes recién llegados que abrió sus puertas en Cataluña.

Con sólo un mes y medio de funcionamiento – 37 de los 52 niños de entre 8 y 16 años que ya han pasado por el EBE de Vic están escolarizados – , el conseller realizó un balance ultra positivo y satisfactorio de esta polémica iniciativa que rechazan los sindicatos de enseñanza y colectivos de maestros por ser centros que «discriminan» y «segregan» a los recién llegados. «En estos espacios la palabra integración gana por goleada a la de segregación», aseguró Maragall para acallar las críticas a este modelo de acogida. «Estamos cien por cien satisfechos y contentos – añadió – porque tenemos un cero por ciento de rechazo».

«Excelentes» resultados en Vic

Los «excelentes» resultados obtenidos, insistió el conseller, hacen posible que «ya se pueda exportar a otros municipios» de Cataluña. El departamento de Educación está «dispuesto» a trabajar con alcaldes de otras ciudades para implantar, como en el caso de Vic y Reus, otros centros de acogida.Pese a que los EBE nacieron como una experiencia piloto para este curso escolar, Maragall tiene prisa, al parecer, en extenderlos por todo el territorio catalán porque prefiere morir de éxito – implantación generalizada de estos espacios – antes de arder en la hoguera de la comunidad educativa que se opone a estos centros. El alcalde de Vic, Josep Maria Vila, también defendió a ultranza el funcionamiento de este espacio de acogida donde los niños recién llegados pasan entre quince días y un mes antes de ser escolarizados. «El resultado es excelente», concluyó.