La solicitud de asilo político realizada por Omar Osama Bin Laden plantea al Gobierno español un problema sin duda incómodo, pero que debería resolverse atendiendo exclusivamente a consideraciones legales. El descendiente de Bin Laden llegó al aeropuerto de Barajas junto a su esposa, ciudadana británica, y portando un pasaporte de Arabia Saudí, en un vuelo procedente de El Cairo con destino a Marruecos. La vinculación familiar con quien es identificado en Occidente como la encarnación del mal absoluto no debería suponer un condicionante que se antepusiera a la comprobación de la persecución política que asegura sufrir el solicitante.