'Apatrullando' la ciudad

DEIA acompaña durante unas horas al grupo de vecinos de Sestao que ha decidido salir a la calle para vigilar y controlar la delincuencia en Txabarri después de denunciar que se ha producido una oleada de robos durante los últimos días.

Deia, 03-11-2008

CUANDO el barrio de Txabarri queda sumido en las tinieblas del reino de la noche, un grupo de hombres sale a la calle para combatir la delincuencia. No son policías ni van armados. Son vecinos de Sestao. Estudiantes, hosteleros, obreros, jubilados.. que bajo la atenta mirada de la luna sacrifican sus horas de sueño y descanso para patrullar la zona, famosa por la presencia de familias conflictivas de etnia gitana, donde según denuncian en las últimas semanas se está produciendo una oleada de robos y amenazas.

Es sábado por la noche y el termómetro de la farmacia marca siete grados. La cita es a la puerta del bar Txurruka a la una y cuarto. Un silencio sepulcral envuelve al barrio. Poco a poco van llegando los integrantes de la patrulla ciudadana, bien abrigados con chamarras, gorros y hasta pasamontañas para combatir el frío. Aún quedan muchas horas por delante.

Cuando ya están todos, Manuel Fernández, presidente de la asociación de vecinos Txabarri Garbi, ordena salir. Esta noche son veinte. Su primer destino, el entorno de la Plaza de los Tres Concejos, el centro neurálgico del barrio donde se concentra la mayor parte del comercio y la hostelería, el sector que más ha sufrido el castigo de los delincuentes con tres robos en tres días.

Comprueban que nadie ha intentado forzar las persianas, cierran los portales que encuentran abiertos y se asoman por los callejones y los escondrijos para comprobar que no hay alguien escondido. Aunque los primeros días salieron armados con cachabas y bastones para defenderse, ahora lo hacen a pecho descubierto. Fernández denuncia que la Policía Municipal les requisó el viernes por la noche todos los palos que portaban, aunque uno de ellos, bajo su chamarra, parece esconder un aparato que emite descargas eléctricas. Poco a poco se adentran en la zona más degradada. Los edificios ubicados frente al horno alto y las antiguas oficinas de Altos Hornos de Vizcaya albergan a la mayoría de familias conflictivas que quedan en el barrio. En su camino se cruzan con varios gitanos que les preguntan qué hacen. No obtienen respuesta. Serapio, el más mayor del grupo, con 67 años, afirma con rotundidad que no siente miedo. “Es verdad que el barrio está mal, pero salimos tranquilos porque sabemos que nuestra presencia amedrenta y conseguimos que esté todo más vigilado”, asegura.

En la calle Karrantza, un oscuro callejón, está el bar Rincón. Ha sufrido dos robos casi seguidos. El grupo enciende unas linternas y se acerca hasta la puerta. “Todo correcto”, confirma uno de ellos. El haz de luz se dirige entonces hacia el andamio que se levanta enfrente. “Comprobamos que no hay nadie subido ni escondido”, apunta Fernández.

La patrulla entra a los portales y comprueba en los contadores que nadie ha enganchado la luz a la casa de su vecino. “Es una práctica habitual. Y luego llegan unas facturas de aúpa”, apunta José Luis. La alegría es inmensa cuando se suman tres jóvenes de entre 22 y 25 años. Imanol, uno de ellos, comenta que tal como está el barrio es mejor echar una mano que salir de fiesta. “Nuestros padres llevan muchos años luchando y nosotros también queremos un lugar donde vivir tranquilos”, justifica.

Dos coches de la Policía Municipal patrullan Txabarri y Los Baños esta noche. A las tres de la madrugada pasan escopetados dirigiéndose hacia el barrio de Rivas. “Han robado en el bar Begoña”, especificaba con un gesto cómplice uno de los patrulleros.

vigilancia ciudadana

· Reacción a los robos. La idea de reorganizar las patrullas ciudadanas en Txabarri viene motivado como respuesta a la oleada de robos que, según denuncia la asociación de vecinos, se está registrando en las últimas semanas.

· Acción policial e institucional. Acusan a la Policía municipal y al Ayuntamiento de actuar con desidia en lugar de implicarse en la solución del problema.

· Barrio conflictivo. Txabarri es el lugar de residencia de varias familias conflictivas.

· El alcalde responde. El primer edil negó el viernes que la delincuencia haya repuntado en la zona.

la cita

“Sabemos que nuestra presencia amedrenta y conseguimos que esté todo más controlado”

serapio

Vecino

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