E. Pastrana

madrid – Los resquicios que las intensas lluvias dejaron abiertos en la valla de Melilla están siendo aprovechados al máximo por los inmigrantes que tratan de acceder ilegalmente a España. Ayer, otros tres guardias civiles resultaron heridos al tratar de evitar una nueva entrada de «sin papeles», el cuarto intento que se produce esta semana después de los daños ocasionados por las inundaciones a los sistemas de seguridad del perímetro fronterizo.

El salto de la valla se produjo a las cinco de la madrugada, cuando un grupo de 13 subsaharianos intentó entrar a Melilla por la fuerza a través de las compuertas del arroyo Mezquita, situadas en la frontera con Marruecos.

Expulsados

De los 13 inmigrantes, sólo cuatro consiguieron superar el cordón de seguridad, pero luego fueron detenidos por la Guardia Civil y puestos a disposición de la Policía. Los cuatro serán expulsados del territorio nacional, tal y como establece la Ley de Extranjería, una vez que se les identifique y se realicen las gestiones con su país de origen para proceder a la repatriación.

Por su parte, los guardias civiles lesionados leves ya han sido dados de alta, aunque uno tuvo que recibir varios puntos de sutura. Y no son los únicos lesionados. El pasado miércoles, otros tres se vieron en circunstancias similares cuando se produjo otro asalto a la valla fronteriza.

El presidente de la Ciudad autónoma de Melilla, Juan José Imbroda (PP), criticó «la agresividad» con la que están actuando los subsaharianos que intentan pasar a la fuerza a Melilla «armados con piedras y palos». Imbroda se mostró preocupado por que los subsaharianos «ya no vienen corriendo para saltar un obstáculo o forcejear, sino que llegan armados con palos y piedras» para repeler a las fuerzas de seguridad. «Son avalanchas agresivas a las que hay que poner freno».

El delegado del Gobierno en Melilla, Gregorio Escobar, explicó ayer que no tiene constancia de que existan bolsas importantes de inmigrantes en las proximidades de la Ciudad, ya que se trata de grupos formados por un número limitado de personas que cada vez es menor.


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