Tres guardias civiles resultan heridos tras ser agredidos con piedras y palos por los inmigrantes que trataron de saltar la valla, rota por el temporal En tan sólo una semana, la valla de Melilla ha sufrido cuatro asaltos de inmigrantes subsaharianos que se aprovechan del mal estado de la verja tras la tromba de agua que cayó el domingo 26 de octubre.

El último intento se produjo en la madrugada de ayer cuando un grupo de unos 30 sin papeles intentó acceder a Melilla por medio de una de las compuertas del arroyo Mezquita, una de las vías que también utilizaron la semana pasada.

Los subsaharianos irrumpieron con gran violencia en la verja y utilizaron palos y piedras para agredir a los guardias civiles que vigilan la frontera. Tras la refriega, tres de los agentes resultaron heridos y uno de ellos tuvo que recibir ocho puntos de sutura en la cabeza, según informaron desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC).

Los agentes han denunciado a EL MUNDO que la agresividad de los subsaharianos es cada día mayor: «Estamos indefensos. Los inmigrantes nos agreden con palos, botellas y todo lo que pillan a mano. Intentan entrar a la desesperada, cada vez hay más agentes heridos y los asaltos son más violentos», se lamenta un guardia civil.

Desde que el domingo 26 de octubre la tromba de agua provocase la rotura de más de 30 metros de alambrada, los subsaharianos que aguardan en el país vecino para dar el salto a España han intentado colarse una y otra vez.

El rumor de que la valla fronteriza está rota se ha extendido por Marruecos y los agentes de la Guardia Civil temen que los inmigrantes se agrupen y se produzcan avalanchas como las de 2005. La AUGC denuncia la falta de medios y la escasez de efectivos para combatir la inmigración irregular.

«Ahora las llegadas se producen en pequeños grupos. Pero cada nueva entrada provoca un efecto llamada. Nos tememos que vuelvan a entrar en avalancha», asegura un portavoz de la AUGC.

El intento de ayer no fue vano, ya que ocho de los sin papeles lograron traspasar la frontera, aunque algunos de ellos acabaron en comisaría.

Las obras de reparación de la verja todavía se prolongarán en el tiempo ya que, en la actualidad, se están construyendo los cimientos para instalar posteriormente los pivotes que sujetan la alambrada. Según informó la Delegación del Gobierno en Melilla, de momento se han colocado unas vallas altas de manera provisional con el fin de evitar nuevos asaltos de sin papeles.

La entrada de ayer es muy similar a la que se produjo el pasado miércoles, cuando otros tres agentes de la Guardia Civil también resultaron heridos tras enfrentarse con otro grupo de africanos.

En aquella ocasión, los agentes se tuvieron que emplear a fondo para reducir a los inmigrantes e incluso recibieron palos, pedradas y algún mordisco por parte de los sin papeles. Los episodios de asalto a la verja también se repitieron el lunes y el martes de la semana pasada.

El fuerte temporal arrastró el doble vallado de la zona situada entre el aeropuerto y el puesto fronterizo del Barrio Chino. También se llevó por delante la sirga tridimensional, el tercer obstáculo del perímetro melillense que fue construido a después de las avalanchas de inmigrantes de 2005.

Denuncia de Imbroda

MELILLA. – El presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Juan José Imbroda, del Partido Popular, coincidió ayer con las denuncias de los guardias civiles al destacar «la agresividad» con la que están actuando los inmigrantes que intentan pasar a la fuerza a Melilla en los últimos días.

Por ello, demandó una «mayor colaboración y una actuación más enérgica» por parte de Marruecos a fin de frenar las avalanchas que se vienen registrando desde el pasado domingo. Imbroda se mostró «preocupado» por estos hechos, y recordó que los subsaharianos que intentan acceder irregularmente a Melilla «ya no vienen corriendo para saltar un obstáculo o forcejear, sino que llegan armados con palos y piedras» para hacer frente a las fuerzas de seguridad que intentan evitar que accedan a territorio nacional.

Asimismo, el presidente expresó su inquietud por un hecho que «ya no es ocasional», al tiempo que aprovechó para agradecer la labor de la Guardia Civil «que está dando siempre el do de pecho», según informa Europa Press.