En las cárceles de Marruecos hay decenas de españoles traficantes de droga y, desde el pasado fin de semana, hay también dos inculpados por traficar con seres humanos. La policía marroquí acabó de desmantelar el viernes una pequeña red que introducía a subsaharianos en Melilla, según informó la agencia de prensa oficial (MAP). Entre los cuatro detenidos hay dos españoles.

El primero fue arrestado el jueves tras el registro minucioso del vehículo que conducía en el puesto fronterizo de Beni Enzar. El coche había sido transformado para meter a una persona en un hueco junto al parachoques trasero. El mecánico marroquí que lo manipuló fue apresado junto con el chófer español. Un inmigrante nigeriano salió del escondite con síntomas de asfixia.

Horas después fue capturado un segundo español, y el sin papeles que transportaba era marfileño. Los detenidos revelaron la identidad del cerebro marroquí de la red que cayó ese mismo día, pero no así los dos intermediarios que captaban clientes subsaharianos. Ambos se dieron a la fuga.

Todos los detenidos fueron presentados el sábado al juez instructor de Nador que decretó su ingreso en prisión. Los españoles confesaron que como conductores cobraban 500 euros por viaje. Su nacionalidad y la matrícula española de los coches debía, explicaron, inspirar confianza a aduaneros y policías españoles.

Cuatro cruzan la valla

Horas después de que los dos españoles franquearan las puertas de la cárcel, un puñado de subsaharianos intentó entrar de madrugada en Melilla. Cuatro de los 25 sin papeles llegaron a su meta. Empezaron por intentar cruzar la frontera a través de esos 80 metros en los que la triple verja quedó derruida tras al diluvio que cayó sobre Melilla el 26 de octubre. Las fuerzas auxiliares marroquíes se lo impidieron, pero 13 de ellos se dirigieron entonces a la carrera al arroyo Mezquita. En los huecos abiertos allí por la riada ha sido erigida una reja provisional que sortearon sin dificultad.

Nueve subsaharianos fueron detenidos in situ y devueltos a Marruecos, pero otros cuatro lograron pisar Melilla. La determinación del sin papeles es cada vez mayor. Llevan ahora consigo piedras y palos con los que hacen frente al agente que intenta pararles. Por eso tres guardias resultaron heridos leves y necesitaron asistencia hospitalaria.