"El papeles para todos generó tensiones que se pueden agudizar con la crisis"

El conseller asegura que la "irresponsabilidad" del Gobierno de Zapatero de dejar llegar a tantas personas sin un contrato de trabajo "es lo que desestabiliza el mercado laboral"

Las Provincias, HÉCTOR ESTEBAN, 02-11-2008

Rafael Blasco llega a la Conselleria de Inmigración y Ciudadanía al volante de su vehículo particular. Pasan tres minutos de las cinco y media de la tarde. Baja del coche y le dice a su chófer, que le esperaba en la puerta, que se puede ir a casa. En su despacho cuelgan tres cuadros del Equipo Crónica, cedidos por el IVAM. Es el único detalle rupturista en una habitación en la que hay falsas puertas pintadas en la pared y que, al parecer, servía de salón de baile para los antiguos propietarios del Palacio de Santa Bárbara, sede de la Conselleria.


- La Ley de Integración del Inmigrante ya está en Les Corts y con ella el compromiso de integración. Tras la polémica inicial parece que las críticas se han suavizado.

– Quizá hemos explicado mejor el proyecto y se ha visto que las posiciones son muy racionales. No buscan más que la integración de los inmigrantes y extranjeros que viven en la Comunitat. Hay 838.224 personas censadas y cerca de 90.000 sin papeles. Ante este porcentaje – el 17% de la población – era muy importante que un poder público se preocupara de tener un instrumento jurídico para encontrar cauces de integración y que los valencianos podamos garantizar nuestro marco de convivencia sin tensiones.


- ¿El papeles para todos de Zapatero fue un quebradero de cabeza?

– Un verdadero problema cuyas consecuencias todavía pagamos. Fue fruto de la irresponsable política del Gobierno. Hemos tenido que hacer un aporte de humanidad y políticas sociales para suplir las consecuencias del efecto llamada, que ha llevado a que en España haya un millón de personas en situación irregular. Esta irresponsable política ha generado tensiones indeseadas y que en momentos de crisis se van agudizar, salvo que el Gobierno pacte con las comunidades la política migratoria.


- ¿Por qué es tan necesario que un inmigrante conozca el valenciano o las tradiciones de la Comunitat?

– Cuando una persona llega a un sitio en busca de mayor calidad de vida debe hacer un esfuerzo para integrarse. Una persona que sepa que esta es una comunidad bilingüe, que conozca nuestras tradiciones, nuestras instituciones, si se esfuerza lo va a tener más sencillo. No lo descubrimos aquí. Las democracias más avanzadas tienen contratos o compromisos de integración. En la Comunitat no debemos ser una excepción. Sorprende que el Gobierno no haya sacado una ley similar.


- En un principio la ley daba a entender que el compromiso de inmigración era mucho más rígido.

– No hemos cambiado respecto al inicio. Si tuviéramos competencias para poder exigir con carácter vinculante el contrato de integración yo lo hubiera propuesto.


- ¿Y para qué sirve el diploma que obtendrán los inmigrantes?

– Para que una persona cuando busque un trabajo, quien lo tenga que contratar vea que tiene mejores conocimientos. Si uno va a un restaurante y el camarero no entiende lo que pide será difícil que se consolide en su puesto de trabajo. Si un valenciano se va a vivir a Nueva York tendrá que aprender algo de inglés. Es natural. No hay que buscar otra intencionalidad. La integración debe ser plena y no exclusiva en el ámbito laboral. Lamentamos la irresponsable política del Gobierno socialista de dejar llegar a tantas personas sin contrato de trabajo. Esto es lo que desestabiliza el mercado laboral en un momento de crisis. Estas personas no deben pagar la falta de planificación del PSOE. El callejón sin salida en el que nos ha metido Zapatero nos lleva a la ruina.


- ¿Ver a una boliviana o a un noruego vestido de fallero es un éxito?

– Eso es una anécdota sobre la que no hay que frivolizar ni elevarla a la máxima categoría. Pero en estos momentos, en esta Comunidad hay falleras mayores de Marruecos y de Brasil. Es un signo de integración.


- ¿A la crisis económica le puede seguir una crisis social?

– Ya hay una crisis social de consecuencias incalculables. Entran cerca de 3.000 personas al día en el paro. Eso es un desastre nacional. Más de 600.000 familias tiene todos sus miembros desempleados. La situación se va a recrudecer en las capas más desfavorecidas y hay sectores de la inmigración muy vulnerables.


- Con la crisis social me refería al peligro de actitudes racistas.

– Es un argumento de peso que puede calar en algunas capas por la desesperación por la crisis. Ahora no hay síntomas de que esto sea una realidad más allá de brotes aislados de xenofobia. Lo que hay que hacer es clarificar la situación y poner el acento en los factores de integración. La inmigración es positiva porque ha permitido mantener el crecimiento en esta Comunidad. Se han cubierto sectores como la construcción o la agricultura donde los valencianos ya no iban.


- Sí, pero ahora muchos españoles recurren de nuevo al campo ante la falta de trabajo. ¿Problemas?

– Puede surgir algún tipo de conflicto. Pero hacemos el seguimiento y la ley pone el acento para combatir el racismo. Además, de cada diez personas que trabajan en el campo, siete son inmigrantes.


- ¿Qué le diría al que piensa que el paro de los españoles es culpa de los inmigrantes?

– Le diría que está equivocado. Las oportunidades de trabajo deben de ser iguales para todos. Intentamos que no se genere tensión ni competitividad entre personas. El que piense esto de buena fe lo que tiene que saber es que es consecuencia de lo mal que lo ha hecho el Gobierno. Madrid debe planificar las oportunidades y nosotros demasiado hacemos prestando las políticas sociales.


- ¿Por qué pervive el tópico inmigración y delincuencia?

– Es un tópico deleznable y no es admisible en términos democráticos. Un sofisma que no se apoya en ningún dato real. La mayoría de inmigrantes son gente emprendedora.


- La oposición dice que se hace muchas fotos con inmigrantes.

– Pues no hemos hecho más que empezar. Tengo preparadas algunas sorpresas.


- ¿Me puede adelantar alguna?

– Cuando la ley de Integración de los Inmigrantes sea votada en Les Corts se van a encontrar con más de 100 asociaciones que expresan públicamente su respaldo. Frente a la miopía de la oposición otras comunidades van a sacar proyectos muy similares al nuestro.


- ¿Cómo se lleva con el ministro Corbacho?

– La relación personal es correcta y buena. Fui el primer consejero en ser recibido por él. Lo que me expresó acerca de la política de inmigración me gustó y convenció. Pero pasa el tiempo y veo que se dedica más a los gestos. Eso es lo que le pasa al Gobierno. Zapatero, en vez de afrontar los problemas, está en algo tan patético como estar loco por ver si va a Estados Unidos a colaborar en la refundación del capitalismo. Es la expresión del desnorte de este señor.


- Con la crisis llega la rebaja en los presupuestos. ¿Contento con lo que le ha tocado en su departamento?

– Estoy satisfecho por mantener la inversión y el gasto. Pero más por ser el segundo presupuesto que conjuga inmigración, cooperación y participación. La oposición se olvida de que nuestro respaldo electoral no es milagroso, sino que sale del acierto en las políticas sociales.


- Le van a congelar el sueldo.

– Es una decisión sabia de Camps a la que no hay que darle más importancia. Es lo menos que podemos hacer aquellos que tenemos un sueldo asegurado. Mucha gente sufre.


- ¿Sabe que los portavoces ganarán más que usted?

– Pues que lo disfruten.

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