España cuenta con 100.000 rumanos en paro

Unos 200.000 inmigrantes de Rumanía trabajan de manera irregular en España, según un estudio

Público, SUSANA HIDALGO, 31-10-2008

La crisis económica está incidiendo de un modo especial en la población extranjera en España- Ya hay 99.100 rumanos en paro, según datos de la Encuesta de Población Activa, recogidos en el Estudio sobre la inmigración rumana en España, presentado ayer por su director, el economista Ramón Tamames.

Si comparamos esta cifra, correspondiente al segundo trimestre de este año, con los últimos tres meses de 2007 cuando aún no había recesión el número de parados rumanos ha ascendido en más de 30.000 personas estos seis meses. La mayoría de ellos ocupaba en la construcción, el sector más castigado por los vaivenes económicos.

A su vez el Gobierno rumano asegura que necesita 500.000 trabajadores cualificados (un millón en cuatro años) y ha emprendido varias campañas informativas para hacer regresar a sus compatriotas. El país está en crecimiento y no sufre el parón inmobiliario. Paradójicamente, de momento no se está produciendo un regreso masivo.

El argumento principal que utilizan para no volver a su nación, pese a la recesión, es la diferencia de salarios. En Bucarest no se gana al mes más de 350 euros. “El retorno de estos trabajadores dependerá de su situación como parados con seguro de desempleo. Hay otros dos factores que están incidiendo en la vuelta: el encarecimiento de las hipotecas para quienes adquirieron una vivienda y el llamamiento del Gobierno de Rumanía en busca de especialistas”, señala el informe.
Economía sumergida

En España hay en total 4, 5 millones de extranjeros, de los que 704.227 son de nacionalidad rumana (el 17% del total de extranjeros, es el principal colectivo por delante del magrebí). “La mayoría de los que están ya asentados en España empezaron trabajando de manera irregular, en la economía sumergida, y luego consiguieron los papeles”, explicó ayer Miguel Pajares, doctor en Antropología Social de la Universidad de Barcelona. La mayor oleada llegó en 2007, una vez que Rumanía fue admitida como miembro de la UE.

De esos 750.000, 448.000 están trabajando, según datos de la Encuesta de Población Activa, aunque sólo 230.000 cotizan a la Seguridad Social. “El resto está empleado, pero de manera ilegal, no figura en los registros oficiales”, señalóruta muy alta, el 77,9%, muy por encima de la media nacional, que apenas supera el 50%. En el Tratado de Adhesión de Rumanía a la Unión Europea, del 1 de enero de 2007, se permitió a los Estados miembros fijar moratorias a la contratación laboral. España la fijó en dos años, y ahora el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero tiene que decidir si la prorroga o no.
Fin de la moratoria

“Si con la moratoria se pretendió evitar que viniesen más, su eficacia fue nula. Lo que hicieron estos inmigrantes, ante la imposibilidad de no tener contrato, fue hacerse trabajadores autónomos”, afirman los investigadores que han elaborado el informe y que abogan por el fin de la moratoria.

Los empleados autónomos ya representan el 20% del total de los rumanos que residen en España. En general, los datos de contribución a la economía española son positivos: la aportación, en términos salariales, llega a unos 8.000 millones de euros, el 0,71% del Producto Interior Bruto (PIB) español. “Además, la inmigración tiene un impacto muy
favorable en cuanto a las aportaciones que hacen los extranjeros a Hacienda y a la Seguridad Social”, explicó Tamames.
Las mujeres y el trabajo

Otro efecto positivo de la inmigración rumana radica en un aumento de 12 puntos, a lo largo de la última década, de la presencia laboral de la mujer española en la población ocupada. “Esto se debe a que las mujeres rumanas están trabajando en tareas domésticas o cuidando niños y eso ha liberado a las empleadas españolas, que han podido salir de casa para trabajar”, afirmó Rogelio Pérez, catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

El estudio señala además que la escolarización de sus hijos “es prácticamente del 100%”. Si bien, no tiene en cuenta la población gitana de origen rumano, que en España llega a más de 25.000 personas y donde se encuentra una gran masa de menores que no van a clase.

Nos encontramos, además, ante un colectivo que aprende rápido español. “Lo hacen tanto por la naturaleza latina de su propia lengua como por la fuerte concentración de mujeres en actividades domésticas y de servicios en general, lo que provoca que la comunicación cotidiana sea muy estrecha”, señala el informe. Un último dato de interés: este colectivo de extranjeros forma el mayor número de matrimonios con españoles. En el año 2005, último del que hay datos, se celebraron 1.394 bodas mixtas.

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