La raza de Barack Obama, el color de su piel, ha resultado ser un tema recurrente desde que proclamó su intención de luchar por el Despacho Oval. ¿Está la sociedad estadounidense preparada para que un negro la dirija? ¿Influirá su origen en la decisión de los electores? ¿Dirán muchos encuestados que le votarán por esa tendencia tan humana de quedar bien y, a la hora de la verdad, apostarán por John McCain?

Dudas. Muchas dudas, que incluso atormentan a uno de los presentadores estrellas de la televisión estadounidense. Larry King, en su mítico show de la CNN, requirió su opinión al republicano. Y el ex combatiente fue claro. Tajante. «Hay racismo en Estados Unidos. Todos lo sabemos», destacó. «Pero – prosiguió – estoy convencido de que el 99,44% de los americanos tomarán la decisión en base a quién quieran que encabece su país».

Y explicó los motivos de esta aseveración. «La gente está muy preocupada ahora. Quiero decir, están preocupados por conservar sus hogares y sus empleos», más que por el color de piel del candidato. «Se votará por la mejor de las razones, no por la peor».

Los expertos, en cambio, no lo tienen tan claro. Muchos especialistas se están devanando los sesos para hallar actitudes xenófobas en las encuestas. De hecho, en un estudio de la CNN desarrollado a finales de septiembre, menos del 2% apuntaban a «otros factores» como determinantes para su selección. Y entre ellos aparecería la raza.

McCain tuvo un gesto con su rival. Podría haber explotado esta veta para adquirir nuevos apoyos. Pero no. Fue elegante. Aunque se mostró un tanto airado cuando uno de los entrevistadores, el conservador Rush Limbaurg, relacionó la adhesión de Colin Powell, republicano y también negro, con el factor racial. «Lo rechazo», lanzó McCain.

Por cierto, Sarah Palin también salió en la conversación. El senador por Arizona proclamó su «total» confianza hacia su compañera de viaje a la Casa Blanca, a pesar de las constantes meteduras de pata de la candidata a la vicepresidencia del gigante norteamericano.