L. DE VEGA

BAMAKO (MALÍ). En Bamako ha abierto el 6 de octubre el Centro de Información y Gestión de las Migraciones (Cigem), una experiencia inédita en el continente africano que impulsa la Unión Europea. Malí es un país emisor, de paso y receptor de retornados o expulsados. El Cigem, comentan sus responsables, quiere ir más allá de la lucha contra las mafias, la emigración clandestina y el control fronterizo, aunque ya ha recibido críticas desde algunos sectores que no lo creen así. De hecho, estas no son sus misiones fundamentales, como explica François Kieffer, adjunto al director. «La originalidad de este proyecto es que no trata sólo la movilidad. Abordamos también el desarrollo local, la formación, la búsqueda de empleo y la información», añade. Algunos emigrantes o candidatos a emigrar ya han empezado a llegar al centro, donde los reciben y aconsejan. La Asociación Malí de Expulsados (AME), con medio millar de personas de vuelta a su país, considera el Cigem «positivo», explica su secretario general, Mamadou Keita.