Obama, el ídolo de los suburbios

El Correo, FERNANDO ITURRIBARRÍA, 26-10-2008

Francia, crisol de etnias y culturas, no cuenta apenas con políticos de tez oscura. Pero no votaría en blanco el 4 de noviembre. Lo haría en masa a favor de Barack Obama. Todos los sondeos constatan el despliegue de una alfombra roja al ingreso del aspirante negro en la Casa Blanca. El último estudio lleva ese apoyo a cotas de referéndum franquista. Sólo el 1% de la ciudadanía elegiría la papeleta del republicano John McCain, el 4 de noviembre.

El 78% de los habitantes de ‘Sarkolandia’ se decantaría por Obama si les dejaran votar. La encuesta, publicada el jueves por el canal televisivo France 24, refleja un respaldo aplastante, superior al de otros países: en Alemania la correlación de fuerzas es de 72 – 5; en España, de 68 – 8.

La obamanía a la francesa transciende todos los campos políticos y sociológicos. El plebiscito al demócrata viene de hombres y mujeres, jóvenes y viejos, ejecutivos y obreros, campesinos y ciudadanos, electores de derechas e izquierdas. Su figura es celebrada en conciertos, galerías de arte, medios de comunicación y desfiles de moda. En las primarias demócratas, más del 71% de los estadounidenses de Francia le prefirieron a Hillary Clinton.

Mito de la ‘banlieu’

El fenómeno cobra mayor auge en la ‘banlieu’, reserva nacional de la marginación étnica. Los comités de apoyo a Obama han proliferado en los suburbios de grandes ciudades como París, Lyon o Marsella. Colectivos de inmigrantes con raíces magrebíes o subsaharianas enarbolan la bandera del senador de Illinois para replantear sus reivindicaciones a favor de la diversidad social. Su magnetismo opera hasta tal punto en la comunidad islámica que se cierra los ojos ante las notas biográficas que le presentan como cristiano, feligrés de una iglesia protestante de Chicago. El ídolo de los suburbios incluso ha conseguido unir a las asociaciones ‘beurs’ y ‘blacks’, árabes y negras, acostumbradas a trabajar por su lado.

La promesa de una retirada progresiva de las tropas de Irak satisface al conjunto de la clase política de un país que lideró en 2003 la oposición a la guerra. «Su primera baza es no ser George W. Bush. Precisamente Francia y Alemania, donde Bush es más impopular, son los países que más aplauden a Obama», apunta el historiador Justin Vaisse. «Nicolas Sarkozy es amado es Estados Unidos porque no es Jacques Chirac y Obama en Francia porque no es Bush», resume el especialista.

Ambos políticos se tienen mutua estima. «Es mi amigo», pregonó Sarkozy antes de obsequiarle con múltiples guiños de complicidad a finales de julio en el Elíseo. «Es un hombre con una enorme energía y talento, que no está atado de pies y manos por tradiciones y dogmas», le correspondió Obama, que brindó el síntoma definitivo de la reconciliación transatlántica: desde que Sarkozy es presidente, «los americanos a aman a Francia y las patatas fritas se llaman de nuevo ‘french frites’».

Por si quedara alguna duda, Brigitte Bardot ha terciado en el pulso entre demócratas y republicanos con una carta abierta a Sarah Palin. «Deseo que pierda las elecciones pues el mundo ganará con ello», escribe la ínclita defensora de los animales tras recordar que la gobernadora de Alaska apoya la caza aérea de lobos y no protege a los osos polares. «Deje de considerarse un pitbull con lápiz de labios pues ningún perro ni ningún otro animal es tan peligroso como usted», sentencia.

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