El País Vasco experimentará en la próxima década importantes cambios demográficos y sociales, según las estimaciones del Consejo Económico y Social Vasco (CESV) hechas públicas ayer en Bilbao.

La familia y su composición será uno de los principales sujetos del cambio. Se estima que para 2015 habrá en el País Vasco nada menos que 222.000 hogares encabezados por mujeres, bajo la previsión de que se mantengan las actuales tasas de emancipación y viudedad, así como los divorcios y la mayoritaria asignación de la patria potestad a las mujeres por parte de los jueces.

Asimismo, se considera que desaparecerán unos 25.000 hogares formados por jóvenes. La población total en 2015 será de unos 2,2 millones de habitantes, de los que el 4,6% (unas 102.000 personas) serán extranjeros inmigrantes.

MUJERES SOLAS

Los nuevos hogares

Una de las cuestiones más llamativas puestas de relieve por las prospecciones de población del CESV tiene que ver con el sustancial aumento de las «tasas de jefatura de las mujeres» y de los hogares que tendrán a una mujer como persona de referencia. Si en 2002, y según datos del censo de población analizados por Emakunde, había ya en el País Vasco un total de 162.000 hogares encabezados por una mujer (97.800 de ellas sin hijos y 64.900 con hijos), en 2015 habrá 60.000 núcleos familiares más, hasta alcanzar la cifra de 222.000, un 20% del total.

Este incremento se producirá en todas las edades: «en el tramo joven debido a una mayor tendencia en la emancipación individual de las mujeres; en edades intermedias por el aumento de los casos de separación y divorcio, y en las edades avanzadas por el crecimiento del número de mujeres de esas edades y una mayor propensión de éstas a vivir solas». Aunque el estudio no lo señala de forma expresa, la favorable diferencia de esperanza de vida de las mujeres (81,1 años, frente a los 73 años de los varones) tampoco sería ajeno a este incremento de los hogares monoparentales femeninos.

Así mismo (y como consecuencia también de los cambios sociales, en especial relacionados con separaciones y divorcios), los hogares encabezados por un varón pasarán de los 61.000 de 2002 a unos 95.000 en 2015.

SEREMOS 2,2 MILLONES

El papel de la emigración

Las proyecciones de población estiman que, a finales de 2015, el número total de residentes en el País Vasco será de unos 2,2 millones. La tasa de incremento de población aumentará de forma moderada, en torno a unas 8.000 personas por año, consecuencia de la caída en el índice de natalidad y del escaso flujo migratorio.

El incremento poblacional será más intenso en Álava (11,8%) que en Guipúzcoa (3,2%) y Vizcaya (+2%). En 2007 la cifra de población fue de 2.141.806 personas (un 0,38% más que en 2006).

El peso de la población extranjera empadronada en el País Vasco aumentará también en ese período y alcanzará el 4,6% del total. O lo que es lo mismo, en 2015 vivirán en Euskadi unos 102.000 emigrantes. Los mayores de 80 años serán más de 150.000 en esa fecha.

En 2006, el saldo migratorio de Euskadi con el resto de España ya resultó negativo, «arrojando 3.676 personas de pérdida», apunta el informe del CESV. En cambio, el de las personas procedentes de países extranjeros «es positivo, con 18.134 personas más, lo que ha supuesto un incremento del 22,4% respecto del año anterior», precisa el estudio.

CULTURA Y OCIO

EL tirón del Guggenheim

El Museo Guggenheim de Bilbao es el primer punto de atracción turística del País Vasco, con 1.002.963 visitantes en 2007 ( – 0,6% respecto a 2006). Le siguen el Aquarium de San Sebastián (270.098 visitas), el Museo de Bellas Artes de Bilbao (164.903 y +14,4%) y el Kutxa Espacio de la Ciencia.

A los vascos les gusta el pop (36%), el rock (28%) y la música clásica (22%). Las rancheras (12%) y las canciones populares (16%), junto a cantautores (14%) y merengue, salsa y bachata (10%) completan sus preferencias. Los instrumentos que más se tocan son la guitarra (39%) y el piano (19%). La música se escucha de forma primordial en el hogar.

MENOS DROGAS

Bajan todas, menos los porros

Por primera vez desde el inicio de estos estudios (1992), el CESV asegura constatar un descenso en los consumos de drogas ilegales (salvo el cannabis). Las disminuciones de consumo son «muy marcadas» en el éxtasis y la cocaína. Es «destacable» que «una vez finalizada la larga etapa juvenil (hacia los 35 años), los consumidores de las diversas sustancias tienden a abandonar y/o a reducir los consumos». La reducción afecta también a los «consumos excesivos y de riesgo» de alcohol durante los fines de semana. Las ingestas masivas, además, tienden a desaparecer tras esa edad con la asunción de responsabilidades familiares.