Menos dinero llega para familiares de migrantes

El Universo, 19-10-2008

La caída del mercado inmobiliario en EE.UU. ha dejado a miles de migrantes desempleados, pérdidas de casas y negocios en riesgo. Empresarios locales sienten los efectos, incluso con despidos de personal.

La crisis financiera global se empieza a sentir en el bolsillo de miles de ecuatorianos, cuya alimentación depende del envío de dinero desde el exterior.

Ocurre a miles de kilómetros, pero familiares de migrantes y empresas locales ya empiezan a sentir los efectos de la caída financiera en Estados Unidos, que genera desempleo entre los ecuatorianos, pérdidas de viviendas y negocios en riesgo.

Los giros de dinero desde ese país cayeron en el 50% y el servicio de courier en el 40%, según Delgado Travel, una de las principales remesadoras de Ecuador con más de 49 oficinas en Estados Unidos. Esto, dicen sus directivos, motivó el despido de la mitad del personal.

La crisis golpeó a las firmas inmobiliarias y llevó al cierre de constructoras, donde hay mano de obra migrante. Ecuatorianos residentes en Estados Unidos cuentan cómo incide en ellos esta situación.

El rostro de Antonio Delgado expresa la  preocupación por  la baja en los negocios de la  empresa que él dirige, Delgado Travel. En su oficina, en el segundo piso de un edificio ubicado en las calles Nueve de Octubre y Chile, cuenta que el bajón tiene origen en el norte del continente, donde la crisis financiera tiene sumido en la impotencia a EE.UU., país donde la firma tiene 49 oficinas, principalmente en  Nueva York y  Chicago.

Entre los miembros de la Asociación de Correos Privados del Ecuador (Acopri), la baja en el negocio sobrepasa el 50% desde hace dos meses, comenta  Walter Freire, parte del gremio.

La crisis, que se agravó este año, golpeó a las firmas inmobiliarias y llevó al cierre de empresas constructoras, donde hay mayor cantidad de mano de obra migrante. 

Las calles de  Queens, en el estado de Nueva York,  se llenan de gente desocupada, cuenta –vía telefónica desde esa ciudad– el ecuatoriano Walter Sinche, residente desde hace 18 años y quien trabaja como contratista. Manifiesta  que él  mismo se vio obligado a despedir a  compatriotas.

A migrantes, con o sin papeles,  ahora se los ve en las denominadas “paradas” (lugares donde se reúnen en busca de trabajo). En una de ellas, la más conocida, ubicada en las calles 69  y Roosevelt, más de 300 personas se concentran desde las 05:00  todos los días  a la espera de un  empleo “en lo que sea”,  comenta Sinche.

“La búsqueda de empleo es desesperante”, agrega Sinche, dirigente de la organización Alianza Ecuatoriana, adonde han acudido  unos 40 migrantes  que perdieron sus viviendas tras no poder cancelar la hipoteca.

Los connacionales ahora se preocupan más por  mantenerse, eso ha hecho que los envíos disminuyan. Si antes mandaban unos  $ 200 o $ 300  por semana,  ahora lo hacen cada quince días o por mes, expresa Sinche.

Rafael J., residente en Nueva York, lamenta  la situación   por el incremento de los precios de los alimentos. “El arroz, por ejemplo, la funda de 20 libras subió  de $ 5 a $15”, dice.

Wilson Bermeo, un quiteño que vive en Chicago, estado de Illinois,  se queja porque las secuelas de la crisis afectan a  unos 100 mil ecuatorianos con papeles y otros 300 mil indocumentados que viven en esta ciudad.

Su esposa Jenny  es una de las perjudicadas por el cierre de negocios. Ella era secretaria ejecutiva de una compañía  de préstamos y fue despedida junto con otras 30 personas.

Azuayos propietarios de negocios en esa ciudad   están preocupados porque las ventas  han bajado en el 40%. Mientras, en los restaurantes  ecuatorianos no hay gente  porque se  prefiere comer en casa para ahorrar y por los altos costos de los platos. Un arroz con menestra y carne de $ 13 subió a $ 18 o un caldo de bola de $ 7 a  $ 10, ejemplica Bermeo.


Mientras, los ecuatorianos  propietarios de  empresas que envían remesas se las ingenian para subsistir y buscan incentivar el negocio con promociones. Por ejemplo, un migrante puede enviar hasta $ 2 mil y pagar solo $ 8 por el servicio, cuando antes el costo significaba entre el 3% y el 5% del monto. 

Víctor Mena, dueño de la agencia de envíos Ecuamerica.net.ec, en Chicago, confirma que las promociones son una estrategia  ante el bajón en el negocio. “Los envíos ya no son cada quince días, sino por mes y en bajas cantidades”, indica.

En Palm Bay, estado de La Florida, el cierre de fábricas madereras dejó sin trabajo a centenares de jornaleros, así como disminuyó el movimiento económico en supermercados y servicios, cuenta Édison A., de 45 años,  residente en esa ciudad.

En centros de asistencia a  inmigrantes  como el llamado Job Link, la mayoría  de las quince computadoras y líneas  telefónicas se saturan de hombres y mujeres que registran sus datos a la espera de ser contratados.

Las secuelas por la crisis entre los migrantes en Estados Unidos influyen directamente en la economía de sus familias.

La baja afluencia de parientes de migrantes en las ventanillas de bancos y agencias de giros  es notoria en Guayaquil.

La mañana del pasado miércoles, quincena, desde las 08:30 hasta las 10:30   apenas unas cuatro personas llegaron a la agencia del Banco Bolivariano del centro para retirar sus giros de EE.UU.  Un panorama distinto al registrado en  meses anteriores, cuando las oficinas se abarrotaban de gente.

La baja se refleja en la disminución de la frecuencia de los envíos que ahora se limita a una vez por mes y en un promedio de $  220 a $ 250, menciona María Gabriela Valverde, gerente de la División de Remesas Familiares del banco.

En esta agencia, Katiuska Álava, madre soltera de dos hijos, acudió a la ventanilla para retirar los $ 120 que le enviaban sus padres desde Pensilvania, donde lograron conseguir trabajo en limpieza, tras nueve meses de búsqueda. “El dinero lo necesito para medicinas”, dice tras retirarse sin el giro porque este no se había hecho efectivo.

Mientras hacía fila, Mariuxi Correa, también madre soltera de dos niñas, se lamenta porque  los $ 500 enviados por su hermano Marcos, residente en Los Ángeles, California,  tal vez  serían los últimos que reciba.

La mujer cuenta que el  migrante tiene un estudio fotográfico en esa ciudad y despidió a  dos de sus cuatro empleados por  la falta de contratos.

Sinche dice que están atemorizados porque la crisis no solo les ha dejado sin empleo, también les ha quitado casas y ha destruido hogares. “Tiene sumida en la depresión a nuestra gente, muchos ya piensan volver al país”, lamenta.

Cifras

1,2
Millones. Es el número estimado de ecuatorianos que  viven en Estados Unidos.

3’087.800
Dólares. Ese es el monto que el país recibió por  remesas en el 2007. De ellos, el 44% procede de EE.UU.

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