Cultura

El CAAM fija su mirada en el drama migratorio africano

Canarias 7, C.D. Aranda , 19-10-2008

El drama de la inmigración no cesa y Europa no para de alimentar con imágenes televisivas el hambre de futuro de África. Esta realidad aplastante y dramática es el eje en torno al que gira Travesía, una muestra colectiva en la que 20 creadores africanos reflexionan sobre una realidad hiriente que les toca de cerca.

Hasta el próximo 4 de enero, el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) será una ventana desde la que otear el drama humano que protagonizan diariamente los inmigrantes africanos. La muestra colectiva Travesía, organizada por el museo de arte contemporáneo y Casa África, reúne las obras de 20 creadores procedentes de diferentes países del continente africano, desde Marruecos a Sudáfrica.

Esta exhibición, comisariada por Joëlle Busca y Christian Perazzone, reúne vídeos, vídeo instalaciones, dibujos, instalaciones y fotografías, además de una irónica intervención en la fachada del museo realizada por los sudafricanos Hobbs y Neustetter en la que invitan a los ciudadanos de la isla a apargar las luces para evitar que los inmigrantes arriben a la costa de Gran Canaria.

Dolor, impotencia para superar las barreras, huellas de personas anónimas tragadas por el mar, socarronas críticas a los poderes públicos africanos, referencias al poder de seducción de los medios de comunicación occidentales, poéticas visiones de un mar que al mismo tiempo es un muro y una puerta entre África y Europa… Éstas son algunas de las visiones que ofrecen los artistas a través de unas piezas que intentarán remover conciencias. «Travesía es una oportunidad para conocer la realidad del Continente de la mano de los africanos», comentó el director general de Casa África durante la presentación de esta propuesta que también podrán contemplar ciudadanos de otras latitudes. De hecho, según explicó el responsable de artes plásticas del Cabildo, Federico Castro, la muestra se podrá ver en la décima Bienal de La Habana y se están haciendo gestiones para que se pueda ver en América del Sur, en África y en otros puntos de Europa.

A pesar de que ha contando con un holgado presupuesto de 300.000 euros, la organización de la exhibición no ha sido fácil y los propios artistas han sido víctimas de las barreras que Occidente les impone. Así, uno de los creadores, el nigeriano Uchecukwu James Iroha, no pudo acudir a la inauguración de la muestra por problemas en la obtención de su visado. Más suerte han corrido Mamary Diallo y Tiécoura N´Daou que, gracias a Travesía, han salido por primera vez de Malí y han viajado con el miedo en el cuerpo por si los detenían al entrar en España. El que sí estuvo cerca de ser detenido fue el creador camerunés Barthélémy Toguo al que un agente vestido de paisano le pidió el pasado jueves que se identificara a su llegada al aeropuerto de Gran Canaria. «No se trató de nada grave. Fue un control rutinario que convertí en una obra de arte», comentó el artista, que protagonizó una especie de performance cuando le pidió a esa persona que se identificara también y fue respaldado a gritos por varias personas que acusaron al agente de racista.

Todas estas incompresiones, obstáculos y distancias han sido plasmadas por cada uno de estos artistas que, según Abdoulaye Kona, han vivido en carne propia el drama de la inmigración. «Tengo que esperar tres horas para tener un visado», dijo el artista maliense que calificó de intolerable tener que someterse junto a su familia a largas colas e interrogatorios. Además, señaló que las restrictivas medidas de control de los flujos migratorios provocan suicidios entre los jóvenes africanos. «Es un drama cotidiano que vivimos en nuestras propias familias», lamentó.

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