ELECCIONES EE. UU.

¿Raza o clase?

La crisis y el miedo a la globalización empujan hacia Obama al proletariado blanco que en los ochenta se pasó en masa a los republicanos

La Vanguardia, MARC BASSETS - Warren (Michigan) Corresponsal , 19-10-2008

El padre Ruedisueli, el párroco de iglesia de San Marcos, habla sin eufemismos: “Esta ciudad es racista. La gente quiere votar a un demócrata, pero no a un negro – dice-. Lo insultante es que a veces vienen y le cuentan un chiste racista a su cura”.

Warren, al norte de Detroit, es una de las decenas de ciudades del estado de Michigan, en el norte de Estados Unidos, azotadas por el declive del sector del automóvil. Esta ciudad de interminables polígonos industriales y barrios residenciales con casitas unifamiliares es blanca, católica y obrera.

¿Raza o clase? ¿Qué decidirá el voto en Warren y otras ciudades industriales de Estados Unidos? La respuesta a esta pregunta puede decantar las elecciones presidenciales del 4 de noviembre. La crisis económica, que se ha agravado en las últimas semanas, ha precipitado una fuga de votos del candidato republicano (y blanco) John McCain al demócrata (y afroamericano) Barack Obama.

La indignación por la gestión económica del presidente republicano George W. Bush, al que muchos votantes asocian con McCain, es general.

“Odio a McCain porque se parece a Bush. La mayoría de la gente que conozco votará a Obama”, dice Candy, una camarera blanca de 43 años en un bar en la 8 Mile Road, la carretera que separa Detroit, Agosto habitado mayoritariamente 46% por negros, del Warren blanco.

“El hecho de que Obama 39% sea negro ya no importa. En el pasado se habría debatido, pero ahora ya no”, advierte Gerald Scott, director de Detroit Auto Scene,un semanario sobre el sector automovilístico, que durante décadas tuvo en esta región la capital mundial. “La gente se siente traicionada. Lo hicieron todo bien: trabajaron duro y cumplieron las normas. Pero después, las fábricas cerraron”.

El enemigo es, primero, la clase política, y en especial Bush. Después, algo más abstracto, pero que aquí se nota de forma concreta: la globalización. Y el candidato más proclive a poner puertas a la globalización es Obama.

“¿Sigues sin trabajo? ¡Pues sigue comprando productos extranjeros!”, se lee en una pegatina que llevan algunos coches. Otra recoge una frase de Jim Fouts, el alcalde de Warren, sobre las banderas made in China:“Todas la banderas americanas deberían hacerlas americanos en América”.

El condado de Macomb, donde se encuentra Warren, es un barómetro nacional desde que en 1985 el consultor político Stan Greenberg acuñó el término demócratas de Reagan,esos demócratas que dejaron de serlo y contribuyeron a la hegemonía republicana de las últimas cuatro décadas.

En 1960, Macomb, con una tradición sindical arraigada, era uno de los condados más demócratas de Estados Unidos. John F. Kennedy ganó con el 63% de votos. En 1964, Lyndon B. Johnson se llevó el 75% de los votos.

Los disturbios raciales, la revuelta del 68 y la sensación de que los demócratas eran una casta elitista incapaz de defender a la clase obrera erosionaron su mayoría. En 1984, el republicano Ronald Reagan obtuvo en Macomb el 66% de los votos. En las últimas elecciones, este ha sido un territorio disputado. Los sondeos revelan ahora la pujanza de Obama. Impulsado por la crisis, parece estar superando los recelos.

Sea cual sea el resultado en Macomb, en Michigan los sondeos prevén una victoria clara del demócrata. McCain ha dejado de hacer campaña en este estado. Si Obama logra atraer a los obreros blancos en otros estados decisivos como Ohio o Pensilvania, será difícil que pierda las elecciones.

Muchos de estos votantes apoyaron a Hillary Clinton en las primarias demócratas a principios de año. A Obama le cuesta conectar con ellos. Su perfil atípico dificulta que una parte de los votantes se identifiquen con él, le vean como uno de los nuestros.

“Si Hillary hubiese sido la candidata, habría votado por ella, sin ninguna duda”, dice Joe, un panadero jubilado de 80 años, en un centro comercial Wal-Mart de Macomb. “Bill Clinton es el mejor presidente que he conocido. Con él la economía iba bien”.

En una sede en Warren de United Auto Workers, el sindicato del automóvil, Earl Fuller Junior enumera los motivos para votar a Obama. El primero: “Barack Obama cree en el proteccionismo”. McCain, en cambio, “apoya toda la globalización”. “Michigan probablemente ha perdido un millón de empleos en el sector manufacturero desde que Bush es presidente; el 78% se ha marchado a China”, asegura este sindicalista de la General Motors.

Preguntado por si el hecho de que Obama sea afroamericano disuadirá a los demócratas de Macomb, responde:

“Creo que la raza es un factor. Pero sus cualidades son tan claras que se convierte en algo secundario”.

En Michigan, con un paro por encima de la media del país y una recesión latente, la crisis lleva meses golpeando al ciudadano de a pie, incluso desde antes del seísmo reciente en Wall Street.

El padre Ruedisueli lo constata cada día: “En la parroquia – explica- hay muchas personas con problemas mentales debido al estrés. Hay depresiones, ansiedad y familias separadas”.

Detroit fue la cuna del poderío industrial de Estados Unidos. Aquí nació la fábrica moderna. Todo esto se está acabando. Michigan y las regiones industriales del norte votarán con la autoestima por los suelos. Estas serán las elecciones de la ira y el pesimismo.

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