¿Es un problema deportivo, político o de origen social?
– Nadie discute el cariz ofensivo que comporta silbar un himno nacional, pero algunos lo enmarcan en lo meramente deportivo. Esa actitud, sin embargo, pone de relieve un problema de identidad, las dificultades de integración de una parte de la población en Francia y la necesidad de que esas políticas, después de haber demostrado su ineficacia, sean revisadas.
¿Están relacionados estos acontecimientos con las revueltas de 2005 y 2007?
– Lo que tienen en común es la necesidad de toda una generación de franceses de origen inmigrante de expresar, sea en un terreno de fútbol o en las calles, un malestar profundo, según los sociólogos. Algunos observadores así como la prensa tunecina estos días establecen un nexo claro aunque consideran que el error es tratar de corregir los efectos y no las causas de dicho malestar.
¿Qué opinan los franceses?
– Según un sondeo realizado por CSA el 80% de los franceses reconocen haber sentido «consternados» al oír cómo la Marsellesa era silbada al inicio del partido.
¿Es una excepción francesa?
– Hace tres años un encuentro entre Suiza y Turquía provocó el abucheo recíproco de los himnos nacionales respectivos, degenerando en graves incidentes. La Fifa contempló la posibilidad de que se dejaran de tocar, una opción que algunos diputados socialistas franceses también han preconizado.
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