Con la llegada del mal tiempo, los cayucos inician su último asalto a nuestro país antes de que el mar se vuelva intratable. Las mafias del tráfico de seres humanos empujan estos días a sus víctimas a abandonar sus escondites en la costa africana y a intentar el salto desesperado hacia España; por eso, imágenes como la de ayer, en la que un policía nacional ayuda a un subsahariano a descender por la pasarela del barco de salvamento, se repetirán en los próximos días, antes de dar paso a la tregua invernal. El cayuco que fue interceptado a unas 44 millas al sur de Tenerife y que llegó a puerto con 110 ocupantes, todos varones,partió en esta ocasión desde Gambia hace diez días para terminar siendo localizado por el «Punta Salinas» y remolcado a tierra por esta embarcación de salvamento. Y no tardará en reemplazarle en su intento otro cayuco que partirá desde países como Mauritania, en el que este periódico ya advirtió hace días de la presencia de centenares de inmigrantes esperando su turno. Hoy es el Día Europeo contra el Tráfico de Personas y el comisario de Justicia, Libertad y Seguridad, Jacques Barrot, instaba ayer a los Veintisiete a hacer más esfuerzos para combatir el tráfico de personas en la Unión Europea; a su juicio «sólo unos cuantos países han adoptado políticas que pueden considerarse una verdadera respuesta al tráfico de personas». Y aunque el Gobierno español siga asegurando que hace todo lo posible, y la imagen da fe de que las Fuerzas de Seguridad lo hacen, los resultados obtenidos dejan mucho que desear. – España