M. Guindal
“España no saldrá de la crisis económica echando a los emigrantes, muy al contrario, los necesita para superar la fase recesiva en que se encuentra”. Esta es la principal conclusión del informe de Fedea sobre el impacto de la inmigración en la economía patrocinado por Banc Sabadell y que presentó ayer el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Este aprovechó para enviar el mensaje a la sociedad y a los políticos de que “la llegada masiva de emigrantes no resuelve los problemas financieros de la Seguridad Social. A corto plazo sus aportaciones están ayudando a pagar las pensiones, pero a medio y largo plazo el problema se agravará porque se están generando nuevos derechos. Por tanto, el fenómeno migratorio nos ha permitido ganar tiempo”. El informe, que convocó a los presidentes del Sabadell, Josep Oliu; La Caixa, Isidre Fainé; Popular, Ángel Ron; Caja Madrid, Miguel Blesa, sostiene que la aportación de los emigrantes a la economía se sitúa entre el 0,7 y el 1% del PIB. Su coordinador, el economista Michel Boldrin, afirmó que un fenómeno migratorio de la intensidad que ha experimentado España no tiene parangón en otros países. Según afirmó, esto explica el elevado crecimiento de la economía en los últimos 14 años, y concretamente el boom inmobiliario. En su opinión, estos inmigrantes podrían comprar las viviendas vacías y evitaría el desplome de precios.