Con la captura de más de 180 guatemaltecos en Greenville, Carolina del Sur, unas 40 familias quedaron desintegradas.

Beatriz Illescas, cónsul guatemalteca en Atlanta, informó que, después de haber entrevistado a 120 hombres y 27 mujeres connacionales detenidos, determinó que las familias fueron desintegradas, porque los niños quedaron solo con la madre o con el padre.

Además, Illescas tiene pendiente interrogar a 12 guatemaltecos que fueron trasladados a otros lugares de detención por ser reincidentes. Por ello, el consulado no ha podido localizarlos.

Illescas agregó que los detenidos le manifestaron su deseo de ser deportados a Guatemala lo antes posible, por lo que hacen las gestiones necesarias en el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés) de Estados Unidos.

Érick Maldonado, director de Asuntos Consulares y Migratorios, del Ministerio de Relaciones Exteriores, expuso que a los detenidos les leyeron sus derechos en el momento de su captura, pero no les permitieron un telefonema, como estipula la ley estadounidense, por lo que se presentará una queja en el ICE.

El funcionario expresó que la queja será por malos tratos, y para que investiguen y se tomen medidas, si se determina que se vulneraron los derechos de estos guatemaltecos.

Maldonado expresó que el consulado autorizó un primer fondo extraordinario de US$3 mil para ayuda humanitaria a las familias afectadas.